viernes, marzo 29, 2024

Cierre de bachilleratos: radiografía del conflicto que afecta a más de seis mil alumnos bonaerenses

Problemas de acceso, concentración de la oferta, pérdida de calidad educativa y reducción de puestos laborales, son algunas de las consecuencias de la reforma impulsada por la gobernadora Vidal.

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Mediante un escrito presentado a la Dirección de Educación Secundaria, docentes bonaerenses le reclamaron a la gobernadora María Eugenia Vidal que dé marcha atrás en la decisión de cerrar progresivamente los bachilleratos de adultos en la provincia de Buenos Aires.

“El impacto es muy grande, no se tuvo en cuenta todos los daños que provoca”, criticó Fabiana Berardi secretaria general de UDOCBA La Plata y agregó: “Sólo en la ciudad dejaron de funcionar 50 cursos de primer año, lo que con el tiempo desembocará en la clausura de los 31 bachilleratos”.

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La reforma implementada en diciembre por la Dirección de Cultura y Educación bonaerense,  a partir de la resolución 1657/17, deriva a todos los ingresantes mayores de 18 años que quieran finalizar sus estudios, a Centros Educativos de Nivel Secundario (CENS), de cursada semipresencial, a Planes FINES o al programa Adultos 2000, al cual se accede vía Internet y a distancia.

“Estamos ante una realidad muy compleja. No sabemos si la matrícula alcanza para cubrir toda la demanda. Es una decisión que no fue consultada”, reforzó Berardi.

En este sentido, la concentración de la oferta educativa (los 441 bachilleratos de la provincia se unificarán en 161 CENS) traerá aparejado diferentes problemas de traslado y acceso en este segmento sensible de la población escolar.  En vez de aportar soluciones, la medida complicará a los alumnos que, en su mayoría, trabajan y tienen familia.

“Cualquier propuesta educativa para adultos tiene que tener en cuenta el contexto, su situación laboral, su limitación horaria, sus compromisos familiares y laborales. La proximidad a la casa es una variable fundamental”, explicó Paula Tardon, secretaria gremial de SUTEBA La Plata.

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Pero además de los inconvenientes de traslado y acceso, la decisión tomada por el Gobierno bonaerense golpeará a la tan evocada “calidad educativa”.  En concreto, se traduce en la pérdida de materias orientadas y específicas y de asignaturas complementarias como arte o idioma. En el caso de los CENS también reducen los días de cursadas, a tres por semana.

Esto va a restringir la oferta educativa, complicando a los adultos que quieran terminar los estudios secundarios y, en el mediano plazo, va a significar menos fuentes laborales”, señaló Tardon.

En el caso de la situación de los docentes, necesariamente la unificación de cursos, sumado a las deserciones y la reducción materias y días, va a equivaler a una pérdida de fuentes laborales. El dato es indiscutible y tiene raíces en las políticas de ajuste implementadas por Vidal en el Estado provincial. El concepto se refuerza si se tienen en cuenta los antecedentes más próximos de unificación de cursos en escuelas de islas y rurales.

De acuerdo a datos de los sindicatos, sólo en la Región 1 –integrada por La Plata, Brandsen, Berisso, Ensenada, Magdalena y Punta Indio- el cierre de los primeros años de los bachilleratos de adultos equivale a la pérdida de 572 módulos (858 horas cátedra) que cubre la tarea de 363 docentes.

Otro de los puntos reprochables es la falta de planificación. Habiéndolo definido en diciembre, la Dirección de Cultura y Educación llegó al comienzo del ciclo lectivo sin haber reubicado a más de seis mil alumnos. El comunicado para directivos, inspectores y docentes fue enviado recién a finales de febrero y por el momento no se avizora una solución inmediata.

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