“Nos conocimos a comienzos de 2017 y al principio era el hombre ideal”, así describió Ana María Rinaldi, una joven de 34 años oriunda de Lanús, el comienzo de la tormentosa relación que la marcaría para toda la vida.
A los pocos meses de su unión con Fernando Raúl Galante, un taxista de 43 años, “comenzaron las agresiones verbales y el control”. “Me decía que tenía celos, tenía que estar las 24 horas con él”, relató Ana María.
En julio del año pasado la joven recibió una noticia que consideró que podía calmar la violencia de su pareja: estaba embarazada de mellizos. Pero eso no ocurrió. Lejos de cesar las agresiones, aumentaron. “Cuando se enteró que eran mellizos, se puso como loco. Me dijo que no iba a mantener a dos hijos”, recordó.
Unos meses más tarde, a mediados de noviembre, Galante golpeó a la mujer brutalmente y logró que pierda su embarazo. Todavía en shock, Ana María no pudo hacer la denuncia pero decidió ponerle fin a la relación. Pero su calvario no terminó ahí.
En enero de 2018, mientras la joven hacía trámites en Capital Federal, fue sorprendida por el chofer de un taxi que la abordó bruscamente y la raptó. Otra vez, era él. Galante la llevó a un garage de San Martín donde la golpeó y abusó sexualmente.
“Logré escapar de ese garage y tomé un colectivo que me llevó a Puente La Noria, donde pude llamar a una amiga. Fui en ambulancia al Gandulfo de Lomas completamente inconsciente”, contó Ana María.
Al día siguiente, la mujer hizo la primera denuncia contra su ex. El caso quedó de la UFI 14 de San Martin, que resolvió hacer efectiva una restricción perimetral y entregarle un botón antipánico. Como ocurre en cientos de casos de violencia de género estas dos medidas preventivas no arrojaron resultados positivos.
“Después de la denuncia volvieron las amenazas. Que me iba a matar, que le estaba cagando la vida. Un día vino hasta la puerta de mi trabajo, toqué el botón antipánico y la policía tardó casi una hora en llegar“, confió.
Recién cuando comenzaron las denuncias públicas y la difusión del caso Galante fue detenido. Por estas horas el acusado se encuentra detenido pero sin prisión preventiva. Ana María teme que pueda quedar en libertad. “Esta semana tengo que volver a ir a declarar porque al fiscal le faltan pruebas. Voy a denunciar que por sus golpes perdí un embarazo y ahora me puede matar a mí”, afirmó.
