“Yo me comprometo a construir los tres mil jardines de infantes que faltan, que 900 son de la provincia de Buenos Aires para que tengan sala de tres, cuatro y cinco”, afirmó Mauricio Macri frente a las cámaras de televisión durante el debate presidencial de 2015.
Esa promesa de campaña, que también fue una de las banderas del ex ministro de Educación Esteban Bullrich, de a poco se fue diluyendo al calor del ajuste emprendido por el gobierno de Cambiemos.
Presupuesto subejecutados, obras abandonadas y “reconversión de objetivos” son la realidad que atraviesa al Plan Nacional 3.000 Jardines. Ya en julio de 2017 fue el ministro Alejandro Finocchiaro reconoció que “era difícil de cumplir”.
“Estamos reconvirtiendo ese objetivo a un programa de aulas. Lo que estamos pensando ahora es en la construcción de 10.000 aulas o salas”, afirmó en una entrevista a La Nación. En ese entonces, Finocchiaro dijo que se estaban construyendo 100.
Pero en noviembre de ese año, cuatro meses después de la “reconversión” anunciada por el ministro sólo se había ejecutado el 30% del presupuesto. Ahora la promesa, ya no de campaña, que probablemente quede en la nada sean las 10.000 aulas.
