En febrero de este año Diputados Bonaerenses dio a conocer el caso de Thiago Gentili, un niño de 12 años electrodependiente que espera por un trasplante bipulmonar. En ese entonces su mamá, Paola Montero, luchaba porque IOMA le reconozca un medicamento vital para que pueda seguir viviendo.
Después de presentar varios amparos y emprender una intensa campaña de difusión, consiguió que la obra social le reconozca el remedio. En ese entonces, Paola denunció que, pese a vivir en Punta Alta y tener que viajar habitualmente al Hospital Garraham, la única ayuda que recibían era una pensión provincial por discapacidad.
En febrero cobraba $1285.70. Ahora, siete meses más después percibe el mismo monto. Por eso, cuando Paola vio el recibo que le entregó el cajero del Banco Provincia estalló de furia. “Indignación puta es lo que siendo todos los meses cuando voy a cobrar la pensión de Thiago. Algún político algún día se pondrá en el lugar de él”, se quejó.
“Es una pensión miserable. Ellos jamás son tenidos en cuenta. Alguien sabe esto. Cobre $1285.70 y IOMA me descontó $61.71. En total son $1224. Quién puede vivir con esto. Ellos existen, comen, se viste, hacen exactamente lo mismo que el resto de las personas”, se desahogó Paola a través de una cadena de WhatsApp.
