En soledad, sin el apoyo de sus socios de Cambiemos ni de la oposición, finalmente Elisa Carrió presentó este medio día en la Cámara de Diputados de la Nación el pedido de juicio político del ministro de Justicia, Germán Garavano.
Así, desde la Coalición Cívica acusaron formalmente al funcionario por “mal desempeño y eventuales delitos en el ejercicio sus funciones”. Mientras tanto, Garavano recibió el respaldo del propio Mauricio Macri y un puñado de legisladores del PRO.
Pablo Tonelli, titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales, afirmó que era una “exageración”; Eduardo Amadeo advirtió que era “una amenaza”; y Daniel Lipovetzky, presidente de la Comisión de Legislación General, dijo que “no tiene ningún fundamento”.
En tanto, la oposición tampoco apoyará la arremetida, convencida de que se trata de una pulseada de poder entre los socios de Cambiemos. Son cuatro las acusaciones contra Garavano que esgrime Carrió en su pedido de enjuiciamiento.
Afirma que el ministro incurrió en una “grave intromisión” cuando aseveró, el día previo a que se conociera el fallo que absolvió al expresidente Carlos Menem, que “nunca es bueno para un país que un expresidente esté detenido o se pida su detención”.
También apunto contra Garavano por su actuación en el caso AMIA. En concreto, acusa al ministro de haberles dado protección política a los exfiscales Eamon Mullen y José Barbaccia al no haber impulsado la imputación por supuesto encubrimiento del atentado.
La tercera causal que invoca se relaciona con la designación como asesora de la exprocuradora de la provincia de Buenos Aires María del Carmen Falbo. Según Carrió, Falbo encubrió, delitos relacionados con el narcotráfico.
Por último, Carrió acusa a Garavano de apañar la manipulación en los concursos para la designación de jueces, maniobra que, según la diputada de Cambiemos, llevaban adelante los hermanos Sergio y Javier Fernández y Daniel Angelici.
