En las últimas horas se conocieron más detalles de la denuncia por “coacción contra la libertad y la integridad sexual” que presentó Annabella Beltrachini, ex trabajadora municipal, contra el presidente del Concejo Deliberante La Plata, Fernando Ponce, militante de la fuerza Cambiemos.
En la presentación ante la fiscalía N° 16 a cargo de Juan Cruz Condomí Alcorta la joven de 20 años relata el momento en que, según denunció, el funcionario quiso obligarla a practicarle sexo oral, luego de que ella y una compañera ingresaran a su despacho y fueran encerradas con llave.
El relato que hizo Beltrachini el jueves a la mañana en sede judicial, fue una ampliación de la denuncia que hizo pública el día anterior a través de su Facebook. “No me callo más”, fue el título con el que encabezó el posteo contra uno de los hombres de confianza del intendente platense, Julio Garro.
“Antes de sentarse en el sillón, se bajó los pantalones y el calzoncillo y se quedó con sus genitales al descubierto. Nos hizo un gesto como mostrando su pene y nos quiso obligar a que se la chupásemos. Yo le dije con el cuerpo que no. Luego pasando su mano por detrás de mi cabeza, intentó atraerme hacia él para obligarme”, testimonió la joven.
La abogada Carolina Espinosa, como integrante del colectivo de mujeres MPU, explicó a que Annabella “trabajó en el municipio entre abril y noviembre de 2017 haciendo encuestas y terminó renunciando por la violencia de la situación”. “Le creemos y por eso la acompañamos a hacer la denuncia”, destacó la letrada.
“Ella hace rato venía movilizada, trabajando este asunto. Y la denuncia de Thelma Fardín que disparó muchas otras, le dio el envión. Hizo la publicación en la red y después quiso hacer la denuncia para que no quede sólo en escrache. No había forma de pararla, tuvo su proceso durante un año y tenía la necesidad de contarlo”, precisó Espinosa.
La denuncia de Beltrachini se suma a la de otra trabajadora municipal, Sofía Montirón, quien en octubre denunció a Ponce por acoso a través de Instagram: “Me insististe a que te diera bola (sic), que era relinda, que estaba rebuena. Te pusiste al lado mío y me seguiste insistiendo como haces con todas las minas que están ahí, que las sometes”.
