Acorralada por la crisis golpea al sector lechero bonaerense y por una deuda que ronda los 250 millones de pesos, la empresa láctea más importante de la localidad bonaerense de Suipacha entró en concurso de acreedores.
De esta manera, la tradicional firma “La Suipachense” intenta renegociar las condiciones para asegurar la continuidad de su abastecimiento. La situación rápidamente encendió las alarmas de los 135 trabajadores que desempeñan tareas en la planta y de los gremios.
La delicada situación económica del grupo de origen venezolano Lácteos Conosur SA, viene desde mediados de 2016 cuando ARBA le inició una demanda por una deuda de 14 millones de pesos, hecho que motivó el primer embargo de sus cuentas bancarias. Meses más tarde se sumó la AFIP.
En ese entonces, aquellos hechos fueron calificados por Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel) como un “acoso” del fisco bonaerense. Del total de la deuda, el Estado es el principal acreedor con unos 150 millones de pesos.
Este contexto es monitoreado atentamente por Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de Chivilcoy. Para fuentes que trabajan en la temática se trata de un intento por estirar los plazos de cancelación.
