El Gobierno finalmente autorizó a los movimientos sociales a marchar el próximo viernes por Avenida de Mayo hacia el Congreso en contra de la cumbre del G20, pese a que se había dejado trascender lo contrario.
En base al pacto, entre los movimientos y el Ejecutivo, los organizadores deberán exigir a sus alineados que vayan sin los rostros tapados y que sean aislados los que provoquen violencia ya que “las fuerzas de seguridad actuarán de manera inmediata”, advirtieron.
Gerardo Milman, el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, comunicó la decisión por medio de una carta destinada al premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. “Entiendo que de esta manera todos hacemos un aporte a la paz y la convivencia democrática“, escribió el dirigente para justificar su medida.
Por su parte, Pérez Esquivel ratificó el permiso pero se desligó de la responsabilidad en los controles, ya que el “Estado debe ser garante de la seguridad ciudadana”. El referente remarcó que no puede ser garante de ella y menos en un “gobierno que reprime en la forma que reprime”.
En ese sentido, la movilización de la “Confluencia Fuera G-20-FMI”, que participarán 70 organizaciones sociales, tendrá lugar el próximo viernes a las 15 horas desde la Avenida San Juan por la 9 de Julio hasta Avenida de Mayo, para luego dirigirse hacia la Plaza del Congreso.
Más allá de la autorización, las organizaciones iban a manifestarse pese a las trabas que el Gobierno había puesto ayer en la reunión que funcionarios mantuvieron con representantes de los movimientos sociales.
“Toda señal de manifestación en paz, sin caras tapadas, sin elementos o artefactos que tengan por objeto la violencia, y la posibilidad de aislar entre todos si los hubiere, a individuos o grupos violentos es bienvenida para la generación de un clima de expresión plural y democrática”, detalló el comunicado desde Casa Rosada autorizando la movilización.
