Familiares de los tripulantes del pesquero "Rigel" se reunirán a 15 meses del hundimiento que dejó un muerto y ocho desaparecidos en el Atlántico Sur, para reclamar que los cuerpos sean recuperados y se refuercen las medidas de seguridad en los barcos para evitar más muertes.
Como en los aniversarios anteriores la consigna sigue siendo que "Que bajen los buzos", con el que los allegados de los tripulantes exigen se investiguen las causas de la tragedia para llegar a las últimas responsabilidades y algo tan elemental como recuperar los cuerpos de sus seres queridos.
“Lo único que exigimos es que bajen y saquen los cuerpos. Necesitamos despedirlos. El tiempo sigue pasando y las heridas no se cierran", señaló al cumplirse un año de la desaparición Mateo Amadeo, hermano de uno de los tripulantes desaparecidos.
En otro orden, para representar la vigencia del reclamo sobre el endurecimiento de controles a la flota pesquera y su renovación, basta mencionar que hace menos de un mes los tripulantes del barco pesquero Aldebarán, el “gemelo” del Rigel, denunciaron que es “totalmente inestable”.
De hecho en la Legislatura bonaerense, se promovió un proyecto que proponía la confección de legajos para “cada una de las embarcaciones con atraque permanente en el muelle” marplatense, donde se asienten todos los controles a los que fueron sometidas, los permisos de navegación y condiciones de seguridad.
El Rigel, era un buque de más de 50 años de antigüedad y 27 metros de largo, que zarpó el 5 de junio de 2018 del puerto de Mar del Plata y desapareció cuatro días después frente a las costas de Chubut, cerca de Rawson, mientras se dedicaba a la campaña del langostino.
Tras el naufragio, los familiares denunciaron irregularidades en las medidas de seguridad y reclamaron que fueran investigadas las causas del siniestro. En tanto, durante las primeras horas de búsqueda, el buque José Américo, recuperó el cadáver del capitán del Rigel, Salvador Taliercio (46), pero los restos de los otros ocho tripulantes nunca aparecieron.
