viernes, marzo 29, 2024

El enemigo invisible: denuncian fumigaciones al lado de una escuela primaria de Tandil

Los vecinos marcaron que temen por la salud de la población y manifestaron que se está violando una ordenanza clave.

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“Intereses ciegos tus aguas tiñeron y quien vive ahí se está muriendo”, dice la canción del grupo de reggae Nonpalidece y es exactamente lo que denuncian los vecinos del paraje La Porteña en Tandil, por la fumigación con glifosato en un terreno lindero a una escuela primaria.

Se trata de un terreno que está a tan solo un metro de la escuela N° 33, situada en el kilómetro 122 de la Ruta 30, según explicó El Eco. En este sentido, los únicos afectados no serían los estudiantes ni el personal del establecimiento, sino también las familias que viven en los alrededores.

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“Están los niños expuestos a los venenos. Si bien se fumiga en general los fines de semana, el veneno queda, así que estamos pidiendo que aunque sea se respeten los 150 metros de distancia respecto a las escuelas, que establece la ordenanza actual”, señaló una de las vecinas denunciantes, Silvia Pérez.

A través de la ordenanza 219/11, el Municipio exige que en caso de tener que llevar adelante fumigaciones a menos de 150 metros de las viviendas, el productor debe informar con 24 horas de anticipación ante las autoridades, presentar el plano de la zona e información sobre el químico que se usará.

“Queda prohibida dentro del Partido de Tandil, la aplicación de agroquímicos por vía aérea o terrestre, en lotes que se encuentren a menos de 150 metros de establecimientos escolares, centros de salud, establecimientos elaboradores de productos alimenticios”, señala el articulado.

La fumigación con agroquímicos como el glifosato es una acción que afecta directamente la salud de quienes quedan expuestos a sus efectos y el control por parte del Estado es escueto. A pesar de la existencia de medidas legales, el uso de estos materiales tóxicos es moneda corriente en las áreas rurales bonaerenses.

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“Tenemos fotos y el testimonio de un vecino que vio el mosquito fumigando. El que lo manejaba le dijo que estaba por echar glifosato. Luego el dueño dijo que iba a dejar la distancia correspondiente, pero a los dos días de la sanción desconoció haber aplicado veneno”, explicaron los denunciantes.

Esto no es novedad para otros municipios como Exaltación de la Cruz o Pergamino, allí las vecinas se pusieron el trabajo del Estado al hombro y recopilaron información sobre los efectos de los fitosanitarios y los resultados fueron terribles: barrios enteros afectados por el cáncer, niños con leucemia y enfermos respiratorios.

“Estamos en un momento donde toda la provincia está tratando estas cuestiones, justamente porque las poblaciones se están expandiendo y estamos llegando a los límites con estos campos. Los riesgos son muchísimos. Días atrás falleció la directora de una escuela rural en San Antonio de Areco a causa de los agroquímicos”, dijeron desde Tandil.

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