martes, marzo 19, 2024

“Nadie se salva solo”: 10 frases del mensaje del Papa al mundo en medio de la pandemia

El sumo pontífice rezó en soledad en la Plaza San Pedro por primera vez en la historia de la Iglesia Católica.

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Por primera vez en la historia de la Iglesia Católica, el Papa Francisco rezó en completa soledad desde la Plaza de San Pedro del Vaticano y le habló al mundo en medio de la pandemia del coronavirus (Covid-19) que se extiende de manera virulenta dejando a su paso miles de muertos y afectados.

El sumo pontífice envió un mensaje de unidad en medio de la desesperación, crisis económica y colpaso de los sistemas sanitarios: dijo que la humanidad está “en un mismo barco”, que es necesario “remar juntos” y que “nadie se salva solo”. Repasa las 10 frases más destacadas de su discurso.

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-"Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos. No podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino sólo juntos".

-"Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas”.

-"Nos encontramos asustados y perdidos. Nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa".

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-"La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades”.

-“La pandemia nos muestra cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad".

-"La tempestad pone al descubierto todos los intentos de encajonar y olvidar lo que nutrió el alma de nuestros pueblos; todas esas tentativas de anestesiar con aparentes rutinas salvadoras, incapaces de apelar a nuestras raíces y evocar la memoria de nuestros ancianos, privándonos así de la inmunidad necesaria para hacerle frente a la adversidad”.

-"Con la tempestad, se cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar; y dejó al descubierto, una vez más, esa bendita pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos".

-"Codiciosos de ganancias, nos hemos dejado absorber por lo material y trastornar por la prisa. No nos hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo, no hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo. Hemos continuado imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo”.

-"Nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes, corrientemente olvidadas, que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia".

-"Médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo".

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