El cadáver de una mujer asesinada apareció anoche enterrado en una vivienda ubicada en una zona rural de la localidad bonaerense de Ascensión, partido de General Arenales, con una presumible herida de hacha en la cabeza.
La víctima fue encontrada por la Policía luego de algunos rastrillajes que se realizaron en el domicilio que compartía con su pareja, Ramón Horacio Báez (48), quien quedó detenido tras confesar que la había matado y enterrado.
La mujer presentaba un profundo corte en la nuca, que le habría causado la muerte, y otras heridas en el rostro, aparentemente realizadas con un hacha con mango de goma que secuestraron en la casa.
Según precisaron fuentes judiciales, la víctima fue identificada como Elizabeth Lorena Quilogran, por quien se había radicado una denuncia de averiguación de paradero el miércoles por la mañana.
Voceros de la Justicia informaron que una vez iniciada la búsqueda, efectivos de la DDI y de la Policía Rural de las zonas aledañas a Cuartel V realizaron una serie de rastrillajes que concluyeron en la vivienda en la que la mujer vivía junto a su pareja.
Fue el propio Báez el que confesó el crimen mientras los oficiales inspeccionaban la morada e indicó en qué lugar del patio había enterrado el cuerpo, bajo algunos troncos de leña recolectados en el lugar.
A raíz del hallazgo, el fiscal Sergio Terrón, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción 5 del Departamento Judicial de Junín, se hizo presente en la escena del crimen y ordenó la inmediata aprehensión del femicida.
Fuentes judiciales informaron que esperan el informe preliminar de la autopsia para confirmar el mecanismo de muerte de Quilogran, además de las pericias que se realizarán sobre el hacha secuestrada.
Por su parte, el funcionario judicial indagará en las próximas horas al imputado, sobre quien no pesaban denuncias previas por violencia de género y se sospecha que cometió el ataque a razón de celos.
