jueves, abril 18, 2024

Crimen rugbier: después de 6 meses confirman de quién era la zapatilla que mató a Fenando Báez

La pericia realizada por la Policía Federal tardó seis meses en realizarse y se convierte en una de las piezas más incriminadoras del caso.

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Esta mañana, después de seis meses de investigación, se confirmó que la zapatilla que se usó para matar a Fernando Báez Sosa, el joven asesinado en enero a la salida de un boliche en Villa Gesell, corresponde al rugbier Máximo Thompsen.



El estudio realizado por el Laboratorio Scopométrico de la Policía Federal en Mar del Plata fue entregada a la fiscal Verónica Zamboni y se convierte en una de las piezas claves en el caso que tiene a 8 detenidos en el penal de Melchor Romero, en La Plata.

 

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La pericia no sólo determinó que la marcha de la zapatilla estaba sobre el cuerpo de Fernando, sino que la impronta del calzado coincide con el pie de uno de los principales acusados del crimen.



Asimismo, esta no fue la única marca que la autopsia encontró en el cuerpo de la víctima: hubo otra impresión de una suela, pero como era muy pequeña, no se pudo determinar si correspondía a un pie en particular.



Los pies de los acusados fueron identificados uno por uno con una técnica especial que incluye el uso de una tinta litográfica, la misma que se usa comúnmente para la toma de huellas dactilares.

 

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Con la nueva pericia, Thompsen, preso en la Alcaldía N° 3 de La Plata, junto a siete de sus cómplices y con su prisión preventiva confirmada, vuelve a cobrar preponderancia entre los acusados por el crimen del joven de 18 años.



El principal sospechoso y los demás acusados, Ciro, Luciano y Lucas Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz, están alojados en el pabellón 6 de esa unidad penitenciaria, separados de los otros detenidos.

 





Por otra parte, los padres de Fernando hablaron a seis meses del crimen, y aseguraron que se les fue la alegría. “Estos seis meses fueron muy duros y creo que el resto de nuestra vida va a ser muy dura”, apuntó Silvino, papá del joven asesinado.



En sintonía, su madre asegura que está “muerta en vida”. “No hay momentos buenos ni malos, solo dolor”, explicó Graciela, que solo encuentra refugio en la biblia: “Empiezo a rezar y es como que se me calma un poco el corazón”.

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