lunes, marzo 18, 2024

Salud consideró “un paso fundamental” la adhesión a la Ley de Parto Humanizado

La directora provincial de Equidad de Género y Salud, Sabrina Balaña, celebró la medida de la Cámara de Diputados, que dio media sanción a la ley.

Luego de varios años de puja porque la provincia de Buenos Aires adhiera a la Ley Nacional de Parto Humanizado, la Cámara de Diputados le dio el visto bueno a ese proyecto de la diputada del Frente de Todos, Mariana Larroque, y obtuvo la media sanción. 

 

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En este sentido, si bien la ley nacional es de orden público, el acto de adhesión de las provincias permite que se pueda aplicar y llevar delante de una manera más abarcativa. Así, hasta que no obtenga la sanción definitiva en el Senado provincial, Buenos Aires es una de las tres provincias argentinas que aún no adhirió a la ley del 2004.

De ese modo, también lo entiende la directora provincial de Equidad de Género y Salud, Sabrina Balaña, que tiene a la implementación del parto respetado como uno de los pilares fundamentales en los que basa su trabajo al interior del Ministerio de Salud bonaerense.

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“Es muy importante contar con la ley, desde que empezamos la gestión intentamos impulsarla para que suceda porque ayuda en su implementación, su difusión y en el trabajo del Ejecutivo, es una deuda. Luego de eso, el objetivo principal es hacer un protocolo de implementación, que todos los profesionales de la salud y las personas gestantes la conozcan en profundidad y evaluar las medidas que hagan falta”, dijo Balaña en diálogo con Diputados Bonaerenses.

La iniciativa garantiza que se respeten los tiempos de la persona gestante, que no haya discriminación ni malos tratos, que se respete su intimidad, la posibilidad de elegir a la persona que acompañe durante el proceso y recibir la información necesaria sobre su propio estado y el del bebé.

En ese punto, la funcionaria también marcó la alta tasa de puesta en práctica de las operaciones cesáreas al momento del parto, que evitan que el nacimiento sea por medios fisiológicos naturales, sino que es a través de una intervención quirúrgica que puede traer consecuencias tanto a la gestante como al recién nacido.

 

 

“De los indicadores que surgen del Sistema de Información Perinatal de las maternidades, la tasa de cesáreas va en aumento, en 2011 había un 26,8% y en 2019 pasó al 39,6%, es un promedio de toda la provincia, pero sabemos que es muy heterogénea y, mientras en el Conurbano es del 35%, en el interior ese índice es de un 66%, es preocupante porque la OMS plantea que por encima del 15% son innecesarias”, marcó.

En ese sentido, la profesional de la salud reforzó que el trabajo en el área es uno de los objetivos de su Dirección y que tiene que ver con las singularidades que se viven al interior de los límites bonaerenses, donde cada distrito es particular y debe trabajarse de modo orgánico y en conjunto.

“Las cesáreas que no están indicadas, generan más riesgos en el futuro reproductivo de la mujer que tiene mayor probabilidad de infección, de una cicatriz uterina se pueden generar otras complicaciones; también afecta al recién nacido que tiene más problemas respiratorios y de crecimiento posteriores, con ese conocimiento tenemos que abordar el tema para reducirlas. En ese punto, hay diferentes factores que influyen en las localidades, por ejemplo en algunas el anestesista va dos veces por semana, se concentran los partos por cesárea para ese momento y los equipos de salud no realizan el parto por temor a que se complique y precisen una intervención”, detalló Balaña.

 

 

En este punto, hay otro proyecto de ley de la legisladora Larroque que vio la luz hace pocos días y fue presentado junto a la ministra de las Mujeres, Políticas de género y Diversidad sexual, Estela Díaz, que propone la creación de un plan estratégico para garantizar y complementar a la adhesión de la ley nacional. Allí se considera trabajar en conjunto los distintos actores involucrados en el proceso de parto.

“Es una costumbre arraigada esa concepción de que la cesárea sirve para prevenir riesgos, sabemos que es todo lo contrario. Hay un estudio que señala que el 10% de las mujeres sin información eligen una cesárea pero si se les brinda información, es el 3% el que opta por ella; no es que hay un deseo de la comunidad de que sus hijos nazcan de esa manera. También hay que adaptar las maternidades y los equipos a los tiempos que requiere un parto fisiológico porque muchas veces se interviene para reducir los tiempos de internación”, enfatizó.

 

 

Al interior de la cartera sanitaria, la doctora Balaña dirige la dirección que forma parte de la Subsecretaría de Salud y Cuidados Integrales, coordinada por el viceministro Nicolás Kreplak.

Allí, Balaña trazó los lineamientos de trabajo con los hospitales provinciales y municipales en tres ejes: la implementación del parto respetado, el protocolo ILE y la mejora del acceso a la salud para la comunidad travesti-trans. Este último, es uno de los más complejos porque además del trabajo en recursos, implica un cambio formativo.

“Si bien tenemos muchos equipos de trabajo, necesitamos que las instituciones de salud puedan garantizar derechos en todos sus servicios y no solo que tienen que ver con la hormonización. Venimos trabajando para que sea trasversal a las instituciones, porque muchas veces las personas trans requieren atención en distintas áreas y encuentran servicios que no las respetan, esa es una deuda importante y para nosotros es importante abordarlo”, resaltó.

 

 

Dentro del movimiento feminista y de las diferentes agrupaciones que militan por los derechos de la comunidad LGBTIQ+, se han denunciado cientos de veces las prácticas discriminatorias y abusivas a las que son sometidas las personas trans en los centros de salud y los hospitales. La mayoría de las veces no se respeta el derecho a la identidad y sufren maltratos solo por su género.

“Desde la Escuela de gobierno en salud trabajamos con las residencias médicas para incorporar líneas de formación en estos temas, tenemos unos 6.000 residentes y ese es un momento importante de formación de los trabajadores y es cuando se deben incorporar estas prácticas que, en la carrera tal vez no se les presta atención; en las residencias terminan de establecer las prácticas para el futuro y es un momento para intervenir”, concluyó Balaña.

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