viernes, marzo 29, 2024

El Senado bonaerense aplica el cupo trans: de la prostitución al primer trabajo en blanco

Alma Fernández se convirtió en la primera trabajadora trans del senado al firmar su contrato para trabajar en el despacho del senador Emanuel González Santalla

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El cupo laboral trans ya se cumple en la Cámara de Senadores bonaerense y la primera empleada en ingresar a trabajar “en blanco”, Alma Fernández, afirmó hoy que ese proceso "para muchos puede ser antipático, pero es muy positivo". 

Fernández, activista travesti, contó que se desempeña en el despacho del senador Emanuel González Santalla (Frente de Todos) y que llegó a Buenos Aires desde Tucumán en 2001.

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En una entrevista radial destacó que "en 38 años, es la primera vez en mi vida que tengo la oportunidad de un trabajo en blanco y una entrevista laboral. Pero, también me parece un logro importante, porque aprendí a leer a los 30 años".

"Soy oriunda de la provincia de Tucumán, soy pobre y, como la mayoría de las travestis del norte, viajamos desde el interior a la capital a prostituirnos porque mi colectivo no tiene otras posibilidades en su universo", remarcó Alma.

El cupo laboral trans fue decretado a principios de septiembre por el Gobierno nacional para garantizar el ingreso al sector público de por lo menos un 1% de travestis, transgénero y transexuales que reúnan las condiciones de idoneidad para los cargos disponibles.  

En ese contexto, Fernández recordó que en las provincias del norte argentino hasta el 2012 existían los edictos policiales y "si salías a la calle a comprar pan, te llevaban presa y te aplicaban el artículo de vestimenta inapropiada". "Más me corrió eso: el maltrato, los calabozos, los golpes y el destino de prostitución", agregó.

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El decreto establece que “toda persona travesti, transexual o transgénero tiene derecho al trabajo digno y productivo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo, sin discriminación por motivos de identidad de género o su expresión, por lo que no podrán establecerse requisitos de empleabilidad que obstruyan el ejercicio de estos derechos”.

Asimismo, comentó que llegó a la ciudad “en noviembre de 2001, luego explotó el país y yo estaba parada en las calles prostituyéndome”. “Las señoras miraban por la ventana y se horrorizaban pero no se preguntaban cómo una niña de 13 años llega a la ciudad a prostituirse", planteó.

En ese sentido, la flamante empleada del Senado bonaerense sostuvo estar "feliz de haber podido escapar de eso" y analizó que "no alcanza con ser la primera, porque necesitamos ser la primera en todos los ámbitos de nuestras vidas".

"Se tienen que acabar los cupos. Nosotres como personas debemos preguntarnos cuánto cupo trans real hay en nuestros amigos, entorno, barrio, espacios, para poder entender nuestra realidad", indicó.

Cabe destacar, que las alarmantes cifras de muertes en la comunidad trans están vinculadas al “travesticidio social”, término que hace referencia a la falta de acceso a la salud y a otros derechos básicos que no están adaptados para gente trans y que generan poca concurrencia y abandono.

Una parte importante del problema de los homicidios de travestis es la prostitución, consecuencia de la marginación, que coloca en situación de vulnerabilidad a quienes la ejercen, de hecho la expectativa de vida de una travesti en la Argentina es de 35 años.

La joven contó que tuvo acceso a la educación al ir al Bachillerato Popular Mocha Celis -que funciona en el barrio de Chacarita, en la ciudad de Buenos Aires, desde hace 8 años- lo que la convirtió "en sujeto de derecho" y le cambió la vida.

"Por toda mi trayectoria y recorrida militante, conozco al senador. Trabajamos una ordenanza en Avellaneda y este año me llamó y me ofreció trabajar con él", aseveró y agregó que su deseo es que ingresen a trabajar "muchas compañeras más".

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