Al cumplirse el primer año de gobierno, el gobernador Axel Kicillof carga en carpeta con una serie de logros en su gestión y cuentas pendientes, que deben evaluarse bajo la exepcionalidad que impuso la pandemia de coronavirus.
En su primer discurso ante la Asamblea Legislativa en la apertura de sesiones ordinarias, el mandatario hizo foco en la reactivación productiva en todos los rubros económicos.
La pandemia del Coronavirus configuró un embate de gran magnitud para los planes de Kicillof, ya que debieron enviarse recursos extra para el sector de la sanidad, la ayuda social y alimentos.
Coparticipación
Uno de los primeros puntos en su discurso fue sobre el enorme aporte que hace la Provincia a los recursos nacionales pero el bajo porcentaje de coparticipación que recibe en consecuencia. Además, marcó la diferencia con la CABA, que recibió grandes recursos durante el gobierno de Mauricio Macri.
Sobre eso, aún permanecen las discusiones pero lo cierto es que en medio de la crisis con las protestas policiales, el Presidente Fernández tomó cartas en el asunto y le bajó un punto de coparticipación a CABA para destinarlo al Fondo de Fortalecimiento Fiscal para la Provincia. Un triunfo de Kicillof para acrecentar las golpeadas arcas. Ahora esa iniciativa está a punto de ser revalidad por ley en el Congreso de la Nación.
Presupuesto y ajuste
En otro pasaje del discurso del 2 de marzo de 2019, Kicillof señaló que en la provincia hubo “un ajuste muy fuerte del presupuesto” en áreas como salud, educación, seguridad y cultura.
En ese orden, en la presentación de su primer Presupuesto como mandatario, reforzó las partidas para esas áreas. El punto más “flojo” y criticado por los gremios fue que en salud no hubo una diferencia muy significativa con el gobierno de María Eugenia Vidal.
Desde el Gabinete bonaerense se encargaron de remarcar todos los destinos de fondos puestos sobre la mesa para adquirir insumos y reforzar el sistema de salud durante los meses de pandemia, lo que incluyó hacer compras millonarias a China.
En cuanto a Cultura y Turismo, dos de las áreas más golpeadas en este año, Kicillof puso en marcha un Fondo Especial para la Reactivación de esos sectores por $300 millones que se dividió entre los 135 municipios.
Tarifas de servicios públicos
Por otro lado, el mandatario bonaerense aseguró que revisaría “las tarifas, si se hicieron las inversiones, y cuáles fueron las ganancias del sector. Tienen que ser justas y razonables las tarifas. No se puede beneficiar un sector a costillas de la sociedad”.
Si bien no hubo un avance significativo en ese sentido y las organizaciones de consumidores pidieron la conformación de una Bicameral para que lo haga, en cuando a servicios el gobierno provincial congeló los montos por el plazo de seis meses, vigente hasta diciembre de este año.
Sin embargo, una de las primeras medidas que tomó el Gobernador fue congelar el último aumento que había sido autorizado por María Eugenia Vidal antes de dejar el poder.
Pymes y sectores productivos
En otro pasaje de su discurso ante la Asamblea Legislativa, el Gobernador señaló en marzo que “la provincia solo se levantará con sus pequeñas y medianas empresas productivas de servicio, de turismo, y comercios. Para ponerla en marcha vamos a ayudar a las Pymes con arriBA Pymes”.
En efecto, el programa se mantuvo a lo largo del año y ofreció una línea de créditos del Bapro, una moratoria impositiva y asistencia para sectores agropecuarios destinado a reactivar la economía del sector.
Así el Ministerio de Trabajo realizó la remisión de intereses moratorios o punitorios con descuentos del 100% al 50%; la posibilidad de pago al contado o hasta tres cuotas sin interés; y la financiación de hasta en 48 cuotas. A la vez que ARBA ofreció otras facilidades de pagos.
El programa crediticio del Banco Provincia se hizo efectivo a través de un fondeo de 15.500 millones de pesos y 25 millones de dólares exclusivo para pymes industriales, comerciales y del agro.
Salud
Se trata de otro de los puntos que remarcó Kicillof durante su primer discurso ante la Asamble Legislativa. "En este momento lo que tenemos que hacer es poner a la salud como una prioridad", señaló en aquel entonces.
A un año de su llegada a Gobernación, apalancado fuertemente por la pandemia de coronavirus, el mandatario bonaerense incorporó 1.500 camas de terapia, sumó 1.221 respiradores, terminó 125 obras, inclyó 8.970 nuevos profesionales, y entregó 86 millones de insumos.
Docentes y educación
En otro orden, Kicillof se mostró orgulloso en marzo de haber comenzado las clases a tiempo, sin saber que a los pocos días el mundo cambiaría radicalmente, el esquema de educación pasó a ser netamente virtual.
Eso le trajo una batería de críticas por parte de la oposición, que pasados algunos meses de la pandemia comenzaron a reclamar por la vuelta a la presencialidad, hecho que se alcanzó en distritos de baja circulación del virus para las y los alumnos que perdieron la conectividad con la escuela.
Escuelas
Por otro lado, el Gobernador había anuncias la puesta en marcha de “un programa de emergencia educativa que se aboque a solucionar las obras de urgencia para las clases”, este es el programa “Escuelas a la obra”.
El plan incluyó un trabajo conjunto con los consejos escolares y la comunidad educativa para un total de obras que alcanzan a 1.726 edificios educativos y abarcan a los 135 distritos de la Provincia de Buenos Aires.
Crisis humanitaria
Otro de los puntos en los que enfocó Kicillof desde su ingreso a la Casa de Gobierno fue en la sobrepoblación en las cárceles, donde se pasó de unos 33 mil internos a 49 mil que “vino acompañada de estadísticas que hacen a la criminalidad, esos problemas de derechos como la salud y la alimentación generan condiciones inhumanas”.
Por eso, se inauguraron cientos de plazas a lo largo del año en los diferentes penales bonaerenses, a la vez que se incluyeron hospitales penitenciarios para la atención sanitaria de los reclusos.
Además, el gobierno logró que la Legislatura apruebe la expropiación de terrenos en el Conurbano para la creación de dos unidades penitenciarias y una decena de alcaidías con el fin de mermar la sobrepoblación.
