Luego de la polémica que generó su declaración ante la Justicia, la ensayista Beatriz Sarlo reconoció que usó una frase fuera de lugar para referirse al ofrecimiento del Gobierno bonaerense de participar de la campaña de concientización con personalidades públicas: “Me autocritico fuertemente, no he debido decir ‘por debajo de la mesa’”.
En rigor, todo comenzó cuando hace algunas semanas, antes de que estallara el escándalo por las vacunas VIP, Sarlo asegurara que le habían ofrecido inmunizarse “por abajo de la mesa”. Por esa frase, esta mañana la escritora declaró ante la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Eduardo Taiano.
“En general tengo expresiones poco apropiadas, no era ‘por debajo de la mesa’, era ‘sin ninguna noticia, precisión o nombre de los que integraban la lista de vacunados’. Me autocritico fuertemente, no he debido decir ‘por debajo de la mesa’”, sostuvo Sarlo esta tarde en declaraciones radiales.
En ese sentido, la ensayista señaló que “lo que no estaba mencionado era la repartición pública de la Provincia de Buenos Aires que se iba a hacer cargo, aquellos responsables del operativo de vacunación y quiénes integraban esa lista de elegidos”. “Pero mantengo mi crítica”, resaltó.
Sarlo consideró que “las campañas, cuando son públicas tienen que venir con una dirección física o web, si se está hablando de intelectuales o artistas, no tenía por qué enterarme de que era pública, yo no tengo medios para enterarme de que es pública”.
“Yo no ratifico que fue por debajo de la mesa porque los que son responsables dicen que no fue por debajo de la mesa, pero si fue una campaña pública, no me llegó con las formas de una campaña pública”, abundó la ensayista este miércoles por la tarde.
Consultada por el uso de la frase, Sarlo respondió: “Perfecto, que me procese la Provincia por haber utilizado mal la expresión… Listo. No tenía que decir ‘por debajo de la mesa’, tenía que decir en un mail que no llevaba ninguna información sobre quién se iba a vacunar, ni dónde, ni cómo, ni cuándo”.
La escritora declaró hoy ante la Justicia que el ofrecimiento para que se aplicara la vacuna contra fue hecha por Soledad Quereilhac, la esposa del gobernador. “El ofrecimiento fue a fines de enero por intermedio de mi editor de Siglo XXI, Carlos Díaz. Por lo que yo entendí, desde provincia estaban vacunando para lograr fotos que persuadieran a la gente”, comenzó relatando Sarlo.
“En ese momento todavía había cierta duda de la efectividad de la vacuna”, agregó ante la jueza Capuchetti. Según detalló Sarlo, el ofrecimiento fue “desde provincia de Buenos Aires, a través de la esposa del gobernador de Buenos Aires, Soledad Quereilhac”, quien había sido alumna suya hace años atrás.
“(El editor) Díaz me dijo que la idea era legitimar la vacuna a través de figuras públicas. Yo soy de Capital, no estaba anotada en el registro. Como Soledad fue alumna mía, ella se puso en contacto con mi editor. Yo no tendría problemas en ponerme la vacuna, pero no quería que la vacuna se transforme en un toma y daca, por vacunar a una persona conocida”, apuntó.
El gobernador Axel Kicillof también habló esta tarde, negó que su esposa le haya ofrecido una dosis de la Sputnik V a Sarlo y aclaró que sólo se la invitó a participar de una acción colectiva que pretendía contrarrestar la campaña de desprestigio hacia la vacuna contra coronavirus.
En declaraciones televisivas, Kicillof detalló que después de participar de un acto con el presidente Alberto Fernández en Avellaneda vio “que habían títulos que decían que a Sarlo se le ofreció una vacuna por abajo de la mesa: es una campaña de desprestigio a mi esposa, porque nadie ofreció eso".
"Mi esposa (por Soledad Quereilhac) no ofrece vacunas, no trabaja para mi Gobierno, no se vacunó nadie de mi familia. Lo que titulan algunos medios es mentira y una campaña horrible y de odio hacia mi familia", cuestionó el mandatario.
