"A todos los argentinos, a todas las argentinas, a partir de las cero horas de mañana, deberán someterse al Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO)", fueron las palabras que utilizó Alberto Fernández hace un año a las 21.17hs, para anunciar el inicio de la cuarentena en todo el país.
En aquella conferencia de prensa encabezada por el Presidente, estuvieron acompañando su discurso los gobernadores oficialistas Omar Perotti, representante santafesino y Axel Kicillof de la provincia de Buenos Aires. Además del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
"Esto quiere decir que a partir de ese momento, nadie puede moverse de su residencia, todos tienen que quedarse en sus casas, es hora de que comprendamos que estamos cuidando la salud de los argentinos", dijo el primer mandatario esa noche de marzo desde la Quinta de Olivos.
Ese día, las cifras registraban apenas 128 contagiados por el Covid-19, la mayoría correspondían al territorio bonaerense y a la Ciudad de Buenos Aires. En la actualidad, son 2.226.753 los infectados en Argentina y el número de fallecidos asciende a 54.386.
A su vez, las imágenes que llegaban desde Europa mostraban el colapso sanitario de los principales países de aquel continente y provocaban temor en la población. Mientras que médicos y enfermeras, la primera línea de combate contra el virus, empezaban a ser reconocidos con aplausos todas las noches a las 21.
Los infectólogos Pedro Cahn y Eduardo López que forman parte del grupo de asesores del Presidente desde aquellos primeros días de la pandemia, se encargaron cotidianamente de explicar los avances en materia de conocimiento sobre el virus y que medidas llevar acabo para contrarrestarlo.
"Teníamos un desconocimiento total y absoluto sobre esta situación, de la cual todavía seguimos aprendiendo, nos tomó por sorpresa a todos", reconoció en diálogo con Télam, Pedro Cahn, sobre el momento en que comenzaron a aparecer los primeros casos a la Argentina.
En ese entonces, el ASPO se decretó hasta el 31 de marzo de 2020, pero luego se extendió 14 veces hasta el 30 de noviembre, cuando a través de otra conferencia de prensa se decretó el comienzo de Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO), que permitió la reapertura de la mayoría de las actividades económicas y sociales cumpliendo los protocolos sanitarios establecidos por cada jurisdicción.
Actualmente, el Gobierno Nacional prorrogó el DISPO hasta el 9 de abril, inclusive, según lo anunciado en el Boletín Oficial, debido a que muchos países limítrofes (Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay) presentaron un aumento de casos. Además de que se detectaron variantes del virus, por lo que analizan restringir el ingreso al país y mitigar la posibilidad de transmisión las nuevas cepas.
Si bien fue habilitada la circulación sin necesidad de autorizaciones previas, el transporte público continuó reservado al personal esencial, mientras que bares y restaurantes pudieron ir abriendo sus locales con aforo restringido y estrictos protocolos.
También, la pandemia llevó a limitar las operaciones de aviación comercial, en tanto que los vuelos de cabotaje e internacionales estuvieron cerrados hasta el 1 de septiembre último por disposición de la Administración Nacional de la Aviación Civil (ANAC).
Algunas de estas medidas, que parecen quedar en el tiempo podrían volver en apenas unas semanas, y aunque muchos advierten sobre la convivencia con el virus, una segunda ola en medio del plan de vacunación podría hacer tambalear el sistema de salud, dejando sólo el camino de las restricciones.
Hasta el momento, en la Argentina hay 2.900.129 de personas vacunadas y un total de 3.843.565 dosis distribuidas, donde 2.353.207 personas recibieron una dosis y otras 546.922 recibieron dos.
Sin dudas, la cuarentena obligatoria a nivel nacional fue la medida más drástica que tomó Fernández desde que el virus COVID-19 empezó a propagarse dentro del país y hoy el avance de la pandemia lo vuelve a poner ante la misma decisión.
