La dura derrota que cayó como una tormenta perfecta contra María Eugenia Vidal en las PASO, que con el 88,96% de las mesas escrutadas, perdía sobre el candidato del Frente de Todos Axel Kicillof por más de 16 puntos golpeó fuerte a los intendentes. Se trata de una distancia muy lejana al 5% “levantable” al que apuntaban en Gobernación.
La crisis económica, el arrastre negativo de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal –hubo menos de un punto de corte de boleta en la provincia- se llevaron puesto a muchos de los 36 municipios con más caudal de electores que obsesionadamente monitoreaban desde el 2016 desde el círculo de Vidal.
Pero este escenario impactó con fuerza en los intendentes macristas del Conurbano: cinco de los ocho alcaldes amarillos mordieron el polvo y en algunos casos por amplio margen. Hubo derrotas en cinco de los ocho municipios vestidos de amarillo: Quilmes, Lanús, Morón, Tres de Febrero y Pilar.
Con el 85,62% de las mesas escrutadas el quilmeño Martiniano Molina perdía por casi 20 puntos contra el espacio del Frente de Todos, en donde Mayra Mendoza sacaba cinco veces más votos que el ex intendente Francisco “Barba” Gutiérrez, uno de sus cinco rivales.
En Lanús, Néstor Grindetti perdía por 14 puntos contra el Frente de Todos (45,6 a 34,5%), en el que el diputado nacional Edargado de Petri se quedaba con el sello por amplia diferencia. Allí el voto al espacio kirchnerista rozaba los 50 puntos.
En Morón, Ramiro Tagliaferro, el ex marido de la gobernadora Vidal, quedaba segundo cómodo. Si bien la distancia fue menor el ex intendente sabbatellista Lucas Ghi con el 90,77% de las mesas escrutadas le sacaba siete puntos, esto es casi quince mil electores más.
En Pilar, el Frente de Todos con Federico Achával (ex Jefe de Gabinete del ex intendente Zúccaro), aparecía primero cómodo con 90,77% de las mesas escrutadas con casi el 44% de los sufragios contra el macrista Nicolás Ducoté, que llegaba a los 36 puntos.
