Padres y docentes del jardín N° 912 de La Plata se concentraron en las puertas del edificio que está abandonado por la gestión del intendente macrista Julio Garro para exigir que avance la obra para la construcción de un nuevo establecimiento.
La obra fue lanzada en marzo de 2018 por el director General de Cultura y Educación de la Provincia, Gabriel Sánchez Zinny, el intendente Garro y la presidenta del Consejo Escolar, Maricruz Lafit, pero a más de un año no hay ningún avance y los chicos cursan en un edificio prestado.
“Vinieron a medir, los trasladaron a la Primaria pero no hicieron más nada, falta la orden técnica, las cosas que había se las llevaron. Falta la firma de una autoridad pero no lo hacen, los chicos no tienen calefacción, no pueden enchufar nada porque la instalación eléctrica es insuficiente”, señaló el asesor de UDOCBA, Jorge Bruschini.
Son aproximadamente 150 los niños entre 3 y 5 años que asisten al jardín municipal pero cada vez se van perdiendo más matriculas porque los padres deciden sacarlos de la institución, que tiene serios problemas estructurales que ponen en riesgo a los chicos.
“Varias veces intentamos comunicarnos con el director provincial de Infraestructura, Lucas Fornari, pero nunca no se encontraba en su despacho, algo que es habitual según nos indicaron compañeros de los gremios y docentes”, señaló una de las madres involucradas.
Meses atrás, la comunidad educativa del Barrio Cementerio incluso se acercó a hacer una denuncia a la Defensoría del Pueblo para que intervenga en el conflicto. Según afirmaron desde UDOCBA, este no es el único jardín municipal que está en estas condiciones.
“El otro jardín cercano es a más de diez cuadras y no hay lugares, a las familias les cuesta mucho trasladarse. En La Plata tenemos este jardín y otros cuatro. En Abasto y Hernández son zonas donde hay muchos chicos y no hay jardines cerca”, señaló Bruschini.
En este sentido, en el jardín N°5 de Altos de San Lorenzo, está en situaciones similares ya que hace más de un año que la obra del edificio está abandonada y los chicos acuden a un espacio cedido por una ONG del barrio pero no está en condiciones óptimas para que habiten ese espacio.
