viernes, abril 19, 2024

El Juego del Calamar y “el capitalismo feroz”

Un grupo de psicólogos, sociólogos y expertos argentinos analizaron la relación de la serie El Juego del Calamar con el “capitalismo feroz”.

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La serie coreana “El Juego del Calamar” creada por Hwang Dong-Hyuk combina elementos del suspenso, acción y crítica social al narrar la historia de un grupo de personas que compite en una serie juegos infantiles, que pueden convertirlos en millonarios o matarlos.

El Juego del Calamar por el furor que generó alrededor del mundo se ganó un lugar rápidamente entre las más exitosas de la plataforma Netflix, lo que llevó a los especialistas a poner la lupa en analizar las relaciones de la tira coreana con la actualidad.

El Juego del Calamar es una serie coreana que batió récords de audiencias.
El Juego del Calamar es una serie coreana que batió récords de audiencias.
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La Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados (Aeapg), que estudio la serie vista por 132 millones de espectadores y concluyó en que El Juego del Calamar expone “de manera cruel el capitalismo feroz” que rige en sociedades al “disolver vínculos solidarios” y convertir a los hombres “en máquinas de supervivencia, en un número sin identidad, despojando lo humano”.

Los psicólogos, sociólogos y especialistas coincidieron en trazar un paralelismo con las sociedades donde rige un capitalismo “cada vez más feroz” y sostuvieron que uno de los motivos que hicieron tan atractiva a El Juego del Calamar fue el “alto grado de violencia y crueldad”.

El Juego del Calamar: la ley de la selva

El psicólogo y psicólogo social Natan Sonis aseguró que El Juego del Calamar “muestra perfiles de marginalidad y fracasos de los personajes que no encajan en una sociedad tan expulsiva como la coreana para la cual la Organización Mundial de la Salud la ubicó en el sexto lugar de países con la más alta tasa de suicidios”.

Los especialistas reflexionaron sobre un sistema al que apuntaron por disolver los vínculos solidarios. “Nos reconfigura en la ley de la selva, con seres expulsados y obligados a ser una máquina de supervivencia, en donde renuncian a su dignidad para conservar la vida”, opinó Sonis sobre El Juego del Calamar.

El Juego del Calamar: la destrucción de la humanización

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Para Lucila de la Serna, los personajes de El Juego del Calamar “carecen de rasgos identitarios” y firman un contrato lo que da “un marco de legalidad”.

Sobre los guardias, agregó, “existen reglas estrictas para no mostrar sus rostros, para no generar lazos entre ellos ni intercambios verbales. prescindiendo de lo humano”.

El Juego del Calamar también pone en debate la deshumanización.
El Juego del Calamar también pone en debate la deshumanización.

“Esto nos lleva a pensar cómo en ciertos sistemas bajo un marco de legalidad que los habilita para crecer y actuar, el fin es destructivo y de aniquilación de la humanización”, expresó De la Serna sobre la relación de El Juego del Calamar con la realidad social y política.

La experta también dijo que El Juego del Calamar refleja al “hombre del neoliberalismo convertido en una pieza más del engranaje que mueve la máquina”. “Hombre y máquina son lo mismo y su pensamiento queda alienado, por lo que no se da cuenta que lo lleva a su propia destrucción”, reflexionó.

El Juego del Calamar y la meritocracia   

Por su parte, Aníbal Repetto, psicólogo y profesor universitario remarcó “las equivalencias de acumulación de riqueza mediante el esfuerzo individual a costa del sufrimiento propio y ajeno y en beneficio del perverso que impone la ley, con alimentación, salud e higiene negados, para lo cual debe pagar con su propia vida son claras en El Juego del Calamar”.

El Juego del Calamar también hace eje en el individualismo y el mérito individual.
El Juego del Calamar también hace eje en el individualismo y el mérito individual.

El especialista indicó que “esta individualización extrema que proponen los sistemas capitalistas, la fragmentación para impedir lo colectivo, transformar a grandes velocidades para que solo quede la posibilidad de atacar o defenderse en lugar de una salida colectiva, me hizo recordar a la Argentina del 2001”.

“Pero en muchos sistemas se elige democráticamente -como en la serie- las imposiciones del tirano, casi una publicidad de algunos gobiernos que se rigen en guardianes de la democracia y usurpan derechos disfrazados de protección y los perversos se autoproclaman como dadores de oportunidades”, agregó Repetto.

El Juego del Calamar: el individualismo

En tanto, para Alicia Levin El Juego del Calamar propone “un efecto ilusorio de la libertad, si se gana, se gana dinero y si se pierde, se pierde la vida”.

“Esta alegoría es como opera el tecnocapitalismo en algunas subjetividades y es el fiel reflejo de la sociedad coreana y es transversal a otras sociedades”, consideró la especialista.

El Juego del Calamar fue analizada por expertos.
El Juego del Calamar fue analizada por expertos.

“En El Juego del Calamar nos vemos algo reflejados como posibles jugadores, pero no vendrán a acuchillarnos si perdemos, seguiremos con la supervivencia de las tarjetas de crédito, las cuotas y el financiamiento que nos ahoga, la pandemia, la competencia entre nosotros, descuartizarnos en las redes sociales. Se trata de someternos en temas que rompen lazos y fomentan el individualismo”, aseguró la psicóloga.

El Juego del Calamar: los migrantes

La psicóloga Silvia Shlafman analizó la situación de los migrantes que se plantean en algunos personajes de El Juego del Calamar.

“Ellos están en una condición de máxima vulnerabilidad y desamparo, huyendo de condiciones de precariedad pero cuando llegan son despojados de sus derechos más básicos y existe una amenaza de expulsarlos”, dijo la profesional.

El premio de la serie El Juego del Calamar es dinero.
El premio de la serie El Juego del Calamar es dinero.

Al aludir a “luz roja, luz verde”, el primero de los juegos que deben atravesar los jugadores, la experta lo comparó con “el poder hegemónico que guía los ritmos de cada movimiento y el que no lo entiende será eliminado”.

Shlafman consideró que esta alegoría es “una de las muestras más descarnadas que expone El Juego del Calamar, ya que evidencia el anonimato y el total desinterés hacia la historia del otro que debe reinar en el juego para evitar las empatías y la identificación con el semejante”.

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