El nuncio apostólico en Argentina, monseñor Miroslaw Adamczyk, arribará el próximo viernes a la ciudad de Mar del Plata y realizará una visita a la diócesis de dicha ciudad, en la que se reunirá con los presbíteros y seminaristas y además participará de la Fiesta de los Pescadores.
En ese sentido, el representante del papa Francisco oriundo de Polonia será recibido el 27 de enero por el obispo de la diócesis de Mar del Plata, Gabriel Mestre, y durante el fin de semana realizará un intenso programa apostólico.
Como actividad central del representante de la Santa Sede, Adamcik presidirá el domingo a las 11 horas la misa en la Iglesia Catedral de Mar del Plata de los Santos Pedro y Cecilia, en la cual participarán autoridades locales, provinciales y nacionales junto a la comunidad diocesana.
Por la tarde, el nuncio apostólico de 60 años acompañará a la comunidad portuaria de Mar del Plata en la tradicional fiesta de San Salvador, con una procesión desde la Parroquia Sagrada Familia hacia la banquina del puerto, para luego dar inicio a la navegación y a la bendición con los pescadores.
En tanto, el religioso enviado por el papa Francisco sábado participará de una misa en el Hogar Landera de la ciudad de Necochea como así también de la celebración de los 150 años del Instituto de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados que atienden esa institución.
Es preciso mencionar que Monseñor Adamczyk nació fue ordenado sacerdote el 16 de mayo de 1987, es laureado en Derecho Canónico, ingresó al Servicio Diplomático de la Santa Sede (gobierno central de la Iglesia Católica) en 1993 y el 22 de febrero de 2020 el papa Francisco lo nombró nuncio apostólico en la Argentina.
Según precisó la Agencia Informativa Católica Argentina, el nuncio apostólico tiene “una función intra eclesial, que consiste en informar a la Santa Sede sobre las condiciones de las comunidades a las que haya sido enviado.
Además, el nuncio busca “aconsejar y colaborar con las Conferencias Episcopales y con cada uno de los obispos del territorio que le ha sido confiado, respetando naturalmente el ejercicio de la jurisdicción que le es propia; y una función diplomática, cuyo objeto es promover las relaciones entre la Santa Sede y el Estado ante el que ha sido acreditado”.
