En el interior bonaerense, la situación en relación a los contagios de Covid-19 es más que compleja según los últimos reportes, en esa línea, la ciudad de Bahía Blanca no escapa a la regla y mantiene una suba considerable desde hace días.
En ese contexto, el intendente de Juntos por el Cambio, Héctor Gay, detalló cuál es la situación sanitaria y económica del distrito que conduce, en diálogo con Diputados Bonaerenses.
La pandemia golpeó fuerte en la ciudad de la Sexta, donde la cifra total desde el inicio superó los 11.424 contagios y ya son 296 las personas que perdieron la vida por causa de la enfermedad Covid-19.
“Estamos preocupados porque habíamos tenido un descenso importante en diciembre pero después de las Fiestas de fin de año hubo un salto fuerte. Esta semana tuvimos el segundo mayor contagio desde que empezó todo”, sostuvo el alcalde.
Por otro lado, reconoció que las discusiones con Provincia se dan en cuanto a la posibilidad de mayores restricciones, por lo que el intendente sostuvo que “hay que apostar a la concientización porque en el sector productivo se respetan los protocolos”.
Es que las fiestas clandestinas en el distrito fueron la base sobre la que se produjeron los contagios entre jóvenes en las últimas semanas, por eso ahora reforzarán los controles sobre el incumplimiento de las disposiciones para evitar la realización de actividades no permitidas y las aglomeraciones.
Además, Gay repasó cuáles fueron las políticas que permitieron contener la caída social en la ciudad y las expectativas de cara al año entrante. En cuanto a lo electoral, destacó la unidad de la oposición mayoritaria y ve con optimismo la resolución de los comicios de este 2021.
¿Cómo es la situación sanitaria actual en Bahía Blanca?
Como pasa en toda la Provincia, estamos preocupados porque habíamos tenido un descenso importante en diciembre pero después de las fiestas hubo un salto importante, al punto que esta semana tuvimos el segundo mayor contagio desde que empezó la pandemia.
A diferencia del año pasado, no se refleja tanto en la ocupación de los hospitales porque los mayores contagios se dan en los grupos de 20 a 35 años que, en mayoría, no requieren internación. Queremos ver si es una consecuencia de las fiestas o si ya estamos efectivamente en la segunda ola; teníamos la sensación de que íbamos a tener un mes tranquilo pero parece que no.
¿Qué pasa con las fiestas clandestinas y las reuniones sociales multitudinarias?
En este lapso de tiempo tuvimos unas 80 denuncias de fiestas clandestinas y se desbarataron varias de ellas, algunas de gran magnitud. Ahora eso se calmó un poco por las restricciones, también porque la gente se va. A veces discutimos con Provincia porque vemos que los contagios salen de ahí, los sectores productivos y comerciales respetan los protocolos, el tema hay que apuntarlo a una mayor concientización y terminar con este tipo de fiestas.
¿Cómo fue la reacción ante las restricciones horarias para el distrito?
Ahora hay un pequeño sector que tiene restricciones. Sí se levantaron todos con unanimidad cuando el planteo era cerrar todo a partir de las 23 horas, cuando se atrasó a la 1 AM ya lo aceptaron mejor, aunque se perjudica algún sector más chico como los bares. Se puede definir como “un mal menor”.
¿Cuál fue el rédito de la ayuda que envió la Provincia durante el año?
Lo que fue redituable fue la ayuda de Nación, como el IFE, la mejora de la AUH y el ATP que pudieron paliar una situación compleja. La repercusión en los sectores comerciales fue muy dura, ahora se abre un signo de interrogación sobre lo que va a pasar con esas ayudas.
Bahía Blanca tiene una economía más diversificada que otros distritos y los sectores fuertes siguieron trabajando, al campo le está yendo bien, lo que tiene que ver con el puerto tuvo un año fantástico, el polo petroquímico y el gas no pararon nunca, y eso hace que se mantenga un flujo económico importante. El más resentido fue el rubro comercial.
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Ahora, con el nuevo Presupuesto se prevé un gran impulso de la obra pública. ¿Qué espera en ese sentido para este 2021?
El 2020 fue un año de muy poca obra pública, incluso en el municipio tuvimos que centrar los esfuerzos en reforzar el sistema de salud, porque el 60% de los casos fue contenido por el hospital municipal; también el tema alimentario ya que pasamos de asistir con recursos propios de 7 mil a 20 mil familias.
Tenemos unos $300 millones asignados a obras, un acuerdo con Nación por $400 millones que empieza en febrero y un acuerdo del FIM a partir del Presupuesto provincial por el que nos corresponden $200 millones, sin dudas va a ser un mejor año que el que pasó.
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Ya entramos en año electoral, ¿cuáles son las expectativas para Juntos por el Cambio?
Los que estamos en gestión no pudimos dedicarle mucho tiempo a pensar en elecciones, todo el día es pensar en el Covid-19. Lo que evalúo como positivo es que a pesar de la derrota electoral en Provincia y Nación -más allá de que todas las cabeceras y ciudades grandes del interior quedaron en nuestras manos- Juntos por el Cambio de mantuvo unido a pesar de las diferencias, porque todos trabajan dentro del espacio.
La idea es construir una propuesta que incluya una autocrítica real de lo que no se hizo bien y encarar una elección que es muy importante para nosotros porque renovamos los cargos de 2017, que fue una muy buena elección. Soy optimista pero consiente que tenemos que ofrecer una propuesta atractiva y que le diga a la gente por qué tienen que votarnos y no solo ser una opción porque estén desencantados con el Gobierno actual.
