Para cualquier laburante que vive al día quedarse sin la herramienta de trabajo que utiliza a diario para procurarse el sustento significa una verdadera pesadilla. Es lo que le pasó a Gustavo Smaldino, un peluquero de La Plata, que en septiembre de 2021 vio cómo una conductora le destruyó su auto, un Ford Taunus modelo 82’ que estaba hecho a nuevo y usaba para ir a trabajar.
Gustavo se encontraba detenido por orden de autoridades policiales en la rotonda de calle 44 y ruta 36, uno de los accesos clave a la capital provincial, a la espera de que pase una ambulancia cuando una automovilista a bordo de una camioneta Mercedes Benz impactó sobre la parte trasera de su auto y lo hizo colisionar contra un poste de cemento.
Desde ese momento, Gustavo, que tenía toda la documentación requerida al día, empezó los trámites para cobrar la reparación de su auto ante la compañía de seguros Mercantil Andina, que poseía la camioneta de alta gama que manejaba la jueza en lo Contencioso Administrativo de Lomas de Zamora, Gladys Beatriz Marti.
A casi un año del choque, Gustavo acudió a varias audiencias de conciliación en las que, según afirma, la empresa Mercantil Andina en un primer momento le ofreció $60 mil y luego $70 mil para que desista de iniciar acciones legales. “Me querían dar $70 mil cuando el arreglo del auto el año pasado salía cerca de $400 mil”, relató el peluquero a este medio.
“La otra conductora me dobló el chasis del auto, me hizo destrozos en el sector del baúl y por el impacto en el poste también se rompió parte del tren delantero”, detalló Gustavo sobre su auto, que desde hace un año se encuentra parado.
Las críticas a Mercantil Andina y a Gladys Beatriz Marti
El peluquero de La Plata es sumamente crítico al accionar de Mercantil Andina, compañía que le ofrece un monto seis veces menor a lo que sale la reparación de su auto. “Mercantil Andina es un desastre… no quieren cubrir los daños que generó uno de sus clientes. No se quieren hacer cargo y a mí me complicaron la vida”, sostuvo.
Gustavo también enumeró los trastornos que le generó haber perdido su herramienta de trabajo. “Ya no puedo hacer más los trabajos a domicilio, gasto plata y tiempo en colectivo, y los días de lluvia tengo que afrontar los gastos de remis o taxi para llegar a la peluquería”, se quejó.
Asimismo, el peluquero es crítico de la actitud que tuvo la jueza Gladys Beatriz Marti que conducía la camioneta de alta gama que destruyó su auto. “En una de las audiencias no se responsabilizó de lo sucedido, la verdad que se portó muy mal conmigo”, evaluó.
“Cuando la llamé (a Gladys Beatriz Marti) para pedirle unos datos al lunes siguiente del choque me dijo que estaba ‘detonada’ de trabajo y que ella ya había solucionado el problema dado que había enviado la camioneta Mercedes Benz a arreglar y se la entregarían dos días después. Mientras tanto yo, que no tuve nada que ver, sigo esperando que Mercantil Andina me pague el arreglo de mi auto”, se lamentó.