Tanto la Asignación Universal por Hijo como los jubilados y pensionados y demás prestaciones de la Seguridad Social, que superan el alcance de los 17,8 millones de individuos, desde marzo del próximo año percibirán un aumento de casi el 12%.
Además, desde diciembre cobrarán un incremento de casi 8%, quedando una mínima de $9300 a fin de año. Más adelante se elevará a $10400. Por su parte, la AUH dejará los $1825 en diciembre para llegar a los $2040 en marzo del 2019.
Esta cifra de 11,83% surge de los valores de la evolución de los sueldos y de la inflación del tercer trimestre (de julio a septiembre), los cuales se toman en cuenta para tener un paliativo de los posteriores aumentos de marzo, abril y mayo del siguiente año.
El tercer trimestre marcó un índice salarial de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) fue de 6,51% mientras que la inflación escaló más del 14%. De esta manera, la inflación le volvió a ganar a los asalariados y los jubilados percibirán menos que la inflación del tercer trimestre de este 2018.
La receta de movilidad divisa el 70% de la modificación trimestral registrada por el indicador de precios de INDEC y el 30% de la evolución en el mismo período del Ripte. En consecuencia, debido al rezago de los sueldos en relación al incremento de los precios, el 11,83% son 2,29 puntos menores a la inflación del tercer trimestre.
Esta incremento engloba casi 18 millones de personas: casi 7 millones son jubilaciones y pensiones; 1,7 millón de Pensiones No Contributivas (PNC) y Pensiones Universales para el Adulto Mayor (PUAM) y, cerca de 9,2 millones asignaciones por hijo.
Los beneficios sociales se acomodan al retraso de la economía, en un panorama de inflación en alza, se prevé una merma mensual continua. Además, los sueldos formales aumentaron 30%, lo que determina mayor perdida porque los salarios se ajustan “a la baja”.