martes, abril 16, 2024

La historia oculta de Enrique Ernesto Febbraro, el lomense que creó el Dia del Amigo

En 1969, el bonaerense se propuso homenajear al amigo y eligió el 20 de julio, fecha de la llegada del hombre a la Luna.

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En aquel recordado 20 de julio de 1969, momento histórico para la humanidad por el arribo de astronautas estadounidenses y rusos a la luna, un argentino se sentó a escribir desde Lomas de Zamora mil cartas a cien países.

“Viví el alunizaje del módulo como un gesto de amistad de la humanidad hacia el universo y al mismo tiempo me dije que un pueblo de amigos sería una nación imbatible. ¡Ya está, el 20 de julio es el día elegido!”, les explicó a sus destinatarios.

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El bonaerense Enrique Ernesto Febbraro consideró aquel primer paso en la Luna como un momento único tanto a nivel mundial como en lo sentimental y con la teoría de que ese gran paso era una demostración de amistad de la humanidad al universo.

Febbraro, fue un maestro masón argentino fallecido en 2008. Por ello, la Respetable Logia Estrella del Norte y el Triángulo Domingo T. Pérez, ambas organizaciones de Jujuy, compartieron su historia.

En el 69 todo el mundo hablaba del alunizaje; desde Estados Unidos se decía que el hombre llegaría a la Luna en nombre de la amistad de la humanidad hacia el universo. “Al oír eso, me pareció que era el momento ideal para lanzar el Día del Amigo”, aseguró Febbraro.

A partir de ese momento, se embarcó en una carrera maratónica. Se propuso enviar mil cartas a 100 países proponiendo en siete idiomas la creación. “No del día de la amistad, sino del amigo, porque un amigo es alguien de carne y hueso”, aclaró el docente.

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Le respondieron 700 personas y enseguida el Día del Amigo quedó instaurado en las cien naciones. “Volvería a hacer lo que hice, pero hoy la amistad está devaluada y eso es a raíz de la pérdida de valores que sufre la sociedad de estos días”, expresó años atrás.

Febbraro, fue profesor de Psicología, músico y odontólogo. Estudió filosofía y trabajó de periodista. Dos veces fue candidato al Premio Nobel de la Paz. Su padre, que se llamó igual que él, era amigo de personajes célebres de la bohemia porteña de ese tiempo: Borges, Leopoldo Lugones, Homero Manzi y Enrique Santos Discépolo.

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