Cables

Sin Presupuesto a la vista, la Legislatura frena las comisiones y crece la tensión con Kicillof

El fuerte traspié que sufrió Axel Kicillof en la discusión por el pedido de endeudamiento dejó una consecuencia inmediata en la Legislatura bonaerense, con la virtual parálisis de la actividad parlamentaria. A una semana del fallido intento del Ejecutivo por conseguir nuevos créditos, las comisiones permanentes de ambas cámaras quedaron prácticamente congeladas y el clima político volvió a enrarecerse.

En la Cámara de Diputados, de las 46 comisiones permanentes con las que cuenta el cuerpo, solo sesionó esta semana la de Asuntos Regionales, que trató una serie de proyectos de declaración vinculados al turismo. El resto de las comisiones, incluso aquellas que suelen mantener una agenda activa como Presupuesto, Salud o Legislación General, no tuvieron actividad.

El panorama no es muy distinto en la Cámara alta. Allí, de las 26 comisiones permanentes, apenas se reunieron Organización Territorial y Vivienda, y Educación. Esta última fue la única que abordó un tema con impacto real en la Legislatura bonaerense: la problemática del grooming en las escuelas, una preocupación que viene ganando espacio entre las comunidades educativas.

El parate legislativo llegó tras una semana marcada por la tensión política que dejó el fracaso del tratamiento del endeudamiento provincial, iniciativa que no logró los consensos necesarios en el Senado bonaerense. A eso se suma otro factor que inquieta al oficialismo y la oposición por igual, la demora del Gobierno en el envío del Presupuesto 2026 y la Ley Impositiva.

En los pasillos de la Legislatura bonaerense, la lectura es que el kirchnerismo y el kicillofismo se acomodaron al statu quo sin presupuesto aprobado, una situación que, paradójicamente, parece beneficiar a ambas partes. “Esperamos por las negociaciones, pero no hay diálogo y no creemos que lo haya por ahora”, confió a Diputados Bonaerenses un senador opositor.

La Legislatura bonaerense frenó los trabajos en comisiones a la espera del Presupuesto 2026 del gobernador Axel Kicillof.

Esa lógica de parálisis política se siente en cada rincón de la Legislatura bonaerense. Los despachos permanecen vacíos, los asesores esperan señales y los legisladores de la oposición advierten que sin un paquete integral que incluya las cuentas públicas y los cargos vacantes en la Suprema Corte bonaerense y el Banco Provincia, no habrá margen para ningún acuerdo.

Sin embargo, el Gobernador no parece dispuesto a ceder terreno. Según pudo saber este medio, el mandatario bonaerense insiste en mantener bajo reserva la presentación del Presupuesto y la Ley Impositiva, a la espera de que el escenario político nacional termine de definirse y de que el oficialismo ordene su interna. Esa actitud refuerza las sospechas de que Kicillof prioriza su proyecto presidencial antes que el funcionamiento institucional de la provincia.

Mientras tanto, la gestión provincial se sostiene con prórrogas presupuestarias y con herramientas que le permiten seguir administrando los fondos sin rendir cuentas en la Legislatura bonaerense. Un esquema que para muchos dirigentes opositores roza la discrecionalidad y profundiza la falta de transparencia en el manejo de los recursos públicos.

En los bloques radicales, del PRO, la Coalición Cívica y La Libertad Avanza coinciden en que el gobernador está bloqueando deliberadamente el debate parlamentario para no tener que exponer su plan de gastos, impuestos y deudas. “No hay voluntad de diálogo, ni con la oposición ni dentro de su propio espacio político”, remarcaron desde uno de los despachos opositores de mayor peso.

El peronismo sigue sin ponerse de acuerdo en ambas cámaras de la Legislatura bonaerense.

El enfriamiento legislativo también refleja la crisis interna del oficialismo, donde conviven las tensiones entre el sector más identificado con La Cámpora y el núcleo kicillofista. Los movimientos en ambas cámaras de la Legislatura bonaerense muestran que la pelea por la sucesión en 2027 ya está en marcha, y que cada paso institucional se mide en clave electoral.

Por ahora, todo indica que el parate continuará. Con un oficialismo sin conducción clara y una oposición fragmentada, la Legislatura bonaerense atraviesa uno de los períodos de menor actividad del año, justo cuando deberían comenzar las discusiones clave para definir el rumbo económico y político de la provincia.

La imagen que deja esta semana es elocuente: comisiones vacías, pasillos en silencio y una provincia que espera un presupuesto que no llega, mientras el gobernador Kicillof sigue administrando la crisis con los números bajo llave y la mirada puesta más en su futuro político que en las urgencias de los bonaerenses.

Legislatura bonaerense: los puntos clave que trabaron el endeudamiento de Kicillof

Pese a los intentos del gobernador Axel Kicillof por ordenar filas y conseguir oxígeno financiero, el pedido de endeudamiento provincial terminó cayéndose a último momento del temario del Senado bonaerense. La falta de consensos dentro del oficialismo y las marcadas diferencias con la oposición impidieron que el expediente que tanto ansiaba Gobernación siquiera llegara al recinto.

La propuesta, que buscaba refinanciar vencimientos de deuda heredados de la gestión de María Eugenia Vidal, generó resistencia desde el primer minuto. En la oposición advirtieron que no estaban dispuestos a firmar un nuevo “cheque en blanco” mientras el Ejecutivo sigue sin enviar el proyecto de Presupuesto a la Legislatura bonaerense. Sin esos números sobre la mesa, los bloques opositores entendieron que cualquier autorización para endeudarse sería un aval sin control político.

Pero los problemas no vinieron solo desde la vereda de enfrente. Puertas adentro del oficialismo, el clima también se enrareció. Legisladores del ala camporista y massista expresaron sus reparos a la estrategia de la vicegobernadora Verónica Magario, quien convocó a la sesión para cumplir con la exigencia que Kicillof. El resultado fue un nuevo cortocircuito entre los distintos sectores del peronismo, que exhibió la fragilidad de la conducción política dentro de su propio bloque.

Del lado de La Libertad Avanza, la postura fue tajante desde el inicio: rechazaron de plano el proyecto y denunciaron que el gobernador pretendía “seguir hipotecando a la provincia” sin presentar un plan de gestión serio ni transparente. “Kicillof busca más deuda sin rendir cuentas”, reprocharon desde el espacio libertario, que viene manteniendo una línea crítica frente a los pedidos de financiamiento del Ejecutivo.

En tanto, el radicalismo condicionó cualquier apoyo a que el tratamiento se dé junto al Presupuesto, mientras que los distintos sectores del PRO exigieron garantías sobre la distribución de fondos a los municipios antes de acompañar el pedido. Sin embargo, detrás de los reclamos económicos se escondía una pulseada más profunda: tanto el PRO como la UCR pusieron sobre la mesa las vacantes en el Banco Provincia y la Suprema Corte bonaerense como parte del paquete de negociación.

Sin respuesta del Ejecutivo y con un oficialismo dividido, el resultado fue inevitable. No hubo acuerdo y el endeudamiento se cayó antes de llegar al recinto. La escena, según reconocen en ambos lados de la grieta, dejó en claro que las próximas negociaciones por el Presupuesto 2026 no serán menos ásperas.