Según informó el INDEC en las últimas horas, la canasta básica, que marca el nivel de pobreza aumentó 3,7% en noviembre, por lo que una familia necesitó $51.775,6 para no ser pobre, mientras que la alimentaria que establece el umbral de indigencia trepó 4,2% en el mismo mes y registró un costo de $21.573.
De esta manera, la canasta básica acumula un aumento del 40% en los últimos 12 meses, mientras que la alimentaria se encareció un 37,7%. Pero si se cuentan sólo los 11 meses de 2020, los incrementos son del 33% y 38% respectivamente.
En pesos, la canasta básica total en los primeros 11 meses de 2020 aumentó $12.815, y el de la alimentaria, $5.989. Esto significa que en 2020 lo que más se encareció fue el conjunto de alimentos básicos, lo que afecta de manera directa a la población vulnerable en tiempos en que, la pobreza llegó al 44,2% según la UCA.
El aumento de la canasta de noviembre, en comparación con octubre, se ubicó por encima del incremento de los precios minoristas, que fue del 3,2%. Lo mismo ocurrió en la variación interanual y desde diciembre último.
Es preciso destacar, que para noviembre de 2020 el costo de la canasta básica total triplicó el salario mínimo vital y móvil, que desde octubre se fijó en $ 18.900 mensuales. Por eso una familia formada por dos personas adultas y dos menores de edad necesitó ingresos mensuales por $51.775 para cubrir sus gastos, sin contar alquiler.
Sin embargo, una familia de tres miembros precisó $ 41.219 para su canasta básica total en noviembre, y $ 17.174 para la alimentaria. Mientras tanto, en el mismo mes un grupo familiar de cinco personas necesitó $ 54.456, y $ 22.690 en cada caso.
Por último, según los datos brindados por el INDEC, una persona adulta sin gastos de alquiler necesitó en octubre $ 16.775 para su canasta básica y $ 6.981 para la alimentaria.
