Cerca de las 5.30 de la mañana, los diez rugbiers acusados de matar a Fernando Báez Sosa en la puerta de un boliche de Villa Gesell llegaron al penal de Dolores, en una Unidad de Traslado de la Policía Bonaerense.
De esa manera, los investigados por el brutal crimen tardaron dos horas en transitar el trayecto que separa a la Comisaría 1º de Pinamar a la cárcel provincial, donde estarán alojados.
Según explicaron desde el Servicio Penitenciario Bonaerense los diez de Zárate permanecerán juntos pero aislados de otros presos en una celda de la alcaidía ubicada en la planta alta de la cárcel, entre los pabellones 9 y 10.
Así estarán cerca de donde se alojan los presos evangélicos, en una sala con camas cucheta y un solo inodoro, y no tendrán contacto con ningún otro detenido, para evitar cualquier tipo de incidente.
Sucede que, en el ambiente en los penales bonaerenses, el delito del que se los acusa, matar a patadas a un joven en manada, es considerado merecedor diferentes acciones violentas.
Así, los rugbiers serán vigilados a través de una pequeña ventana en la celda, bajo responsabilidad de un jefe penitenciario y en caso de tener que moverse dentro del penal se les asignará seguridad adicional.
Según trascendió, los rugbiers recluidos recibirán sus visitas un día a la semana en particular, el mismo para todos los otros presos de la cárcel, en el sector de Escuela.
Sin embargo, los jóvenes de Zárate no permanecerán en ese penal por mucho tiempo. Seguirán presos en Dolores hasta que se firme el pedido de prisión preventiva en su contra.
Luego, se estima que sean trasladados a otro penal, posiblemente la Unidad Nº57 de Campana, un establecimiento carcelario inaugurado el año pasado para jóvenes de 18 a 21 con acusaciones de robo o en su primera condena.
Mientras tanto, la Justicia analiza las declaraciones de los testigos, los resultados de las ruedas de reconocimiento y espera las pericias de los teléfonos de los acusados a cargo de la Policía Federal.
La investigación también continúa con el estudio de la ropa de los imputados y la prueba scopométrica a la zapatilla ensangrentada que se encontró en la casa que ocupaban en el barrio Pinar del Norte en Villa Gesell.
Los rugbiers detenidos son Luciano Pertossi, Ayrton Viollaz, Matías Benicelli, Alejo Milanesi, Blas Cinalli, Juan Pedro Guarino, Maximiliano Thomsen, Enzo Comelli, Ciro Pertossi y Lucas Pertossi.
Todos ellos están acusados por la fiscal del caso, Verónica Zamboni, por el delito de “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”, por el cual podrían recibir una pena de prisión perpetua.
