El colectivo de Padres Organizados recibió la noticia de que el miércoles 16 de junio volverán las clases presenciales en las escuelas públicas y privadas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), un rato antes de iniciar la vigilia que vienen manteniendo los viernes en diferentes puntos de la provincia de Buenos Aires, con epicentro en la Gobernación bonaerense, en La Plata.
“Nos invadió la emoción en medio de la vigilia pero la mantuvimos porque todavía los chicos no volvieron a las aulas y para ver cómo seguimos. A todos nos pasó lo mismo: ninguno confía en la palabra del Gobernador (Axel Kicillof). Como cerraron las escuelas dos meses, lo pueden volver a hacer. Hasta que todos los chicos estén en las escuelas no podemos relajarnos”, dijo a Diputados Bonaerenses la integrante de Padres Organizados, Luciana Bartoli.
La semana pasada las familias autoconvocadas mantuvieron la protesta por el regreso de las clases presenciales, que se encuentran suspendidas desde la primera quincena de abril, incluso bajo una lluvia copiosa. También lanzaron por estos días la consigna: “El lunes hay clases. En las escuelas o en la carpa”, con la idea de avanzar en clases al aire libre en caso de que no se anunciara el regreso escolar.
Los Padres Organizados que llegaron hasta la Gobernación luego del anuncio de Kicillof pendularon entre la “ilusión” y la “desconfianza”. “Fue una mezcla de emociones, estamos contentos pero pensamos que no podemos relajarnos, pero nos genera una ilusión grande, también nos agarra lo otro, que es la incetidumbre y la desconfianza”, relató Bartoli a este medio.
La integrante del colectivo argumentó la “desconfianza” a la falta de parámetros claros para definir el regreso de las clases presenciales en la provincia y la comunicación deficiente de los gobiernos de Axel Kicillof y de Alberto Fernández. Esta semana hubo ejemplos dos ejemplos palpables.
“Ayer (Nicolás) Trotta llamó irresponsable a (Horacio Rodríguez) Larreta por sostener la presencialidad, (Carlos) Bianco dijo que no era recomendable volver a las aulas, y el Presidente que se mantenía todo igual”, contrastó Bartoli. Es una situación similar a cuando se anunció en la primera quincena de abril la suspensión de las clases presenciales: Bianco lo había negado y horas después Alberto Fernández lo comunicó. Marchas y contramarchas.
La falta de parámetros claros es un tema que preocupa a las familias más allá de la alegría e ilusión que provoca el regreso de las clases presenciales. “En abril había menos casos que hoy y cerraron las escuelas cuando el clima acompañaba, había menos casos y muertos. Además, hay un discurso del miedo que hace que no sepamos cuántos chicos realmente van a ir a clase”, consideró Bartoli.
La integrante de Padres Organizados provincia de Buenos Aires también señaló que “nos parece que tienen que basarse en datos que arrojen la realidad, cuando suspendieron las clases dijeron que era por el movimiento y luego estudios ratificaron que no bajó el uso del transporte, pedimos que se ajusten a indicadores fijos”.
Otra arista que sorprendió fue que Kicillof sostuvo que no se modificaría el calendario escolar para adelantar las vacaciones de invierno. “Dijeron que iban a cambiar la fecha y que iba a ser de tres semanas, es el vamos viendo”, objetó Bartoli.
En ese contexto, el escenario a largo plazo no es auspicioso para los chicos de la provincia de Buenos Aires y las consecuencias sobre el aprendizaje todavía no son del todo claras. “Esta situación va a tener que discutirse para ver como continúan los planes, no creo que de 2020 a 2021 se hayan ajustado”, evaluó integrante de Padres Organizados.
“Los chicos perdieron medio año, tiene menos de un mes hasta las vacaciones, luego viene el receso y queda sólo medio año. Hay chicos que pasaron de la última salita y a primer grado a través de Zoom, hay edades en que es muy complicada la virtualidad. Se nota mucha angustia y desinterés entre los chicos”, añadió.
Bartoli destacó que los chicos “están todo el día mirando la pantalla” y se lamentó porque “antes se podía regular la exposición a las pantallas y de repente es todo: los amigos, la escuela, y las reuniones con familiares”.
Las experiencias de la virtualidad durante este primer semestre fueron dispares. “Hablamos con muchas familias del interior de la provincia y hubo disparates como Hendernos que 7 positivos por día los chicos no tenían clase y estaban todo el día en la calle, mientras en las escuelas había. La semana pasada pasaron 121 municipios a no tener clases, en el interior se notaba mucho la desmesura”, cerró Bartoli.
Clases presenciales en la provincia: el anuncio de Kicillof
De acuerdo a lo que comunicó Kicillof ayer en conferencia de prensa, tanto el Conurbano como los partidos del interior bonaerense lograron bajar el ratio de los 500 casos cada 100 mil habitantes. Por estas horas se ubican en 401 casos y, por eso, pasarán a la categoría de “alto riesgo”, que sí permite el regreso a las aulas.
Tras ocho semanas desde el cierre de las escuelas en el Conurbano, los chicos volverán bajo un esquema bimodal a partir del miércoles 16 de junio con una semana con clases presenciales y otra con virtuales.
“Los primeros días habrá un trabajo preparatorio. Desde el lunes volverán las autoridades y desde el miércoles, con protocolos, volverá la presencialidad, según disponga cada establecimiento”, precisó Kicillof.
El Gobernador bonaerense afirmó que se regresará al sistema “como era antes de la suspensión”. Es decir, que los niños tendrán clases presenciales semana por medio en sistemas de burbujas reducidas, como funcionó hasta el 19 de abril. Kicillof también informó que colocarán 33 mil medidores de dióxido de carbono, para poder detectar la circulación de Covid-19.
