La pandemia de coronavirus (Covid-19) agravó de manera precipitada la crisis sanitaria, social y económica que venía arrastrando la Argentina y puso en prueba la capacidad de reacción del Gobierno de Alberto Fernández que hasta ahora enfrentó el cuadro con una batería de medidas.
En los últimos días, los equipos de Casa Rosada rediseñaron el programa económico, por la grave emergencia sanitaria y el pronunciado parate de la actividad que desancadenó la cuarentena total, con una inyección de recursos que representan un costo fiscal equivalente a 2 puntos del PBI.
En general los primeros análisis de los especialistas fueron positivos, aunque advirtieron que no podrán extenderse en el tiempo por las restricciones fiscales y el proceso de reestructuración de deuda en marcha. ¿Qué temas preocupan a los economistas por estas horas?
Para el director el Instituto de Economía de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), Fausto Spotorno, "es posible reducir aún más las consecuencias negativas esperadas" del parate económico, modificando la implementación de algunas iniciativas en el cortísimo plazo.
En este sentido, el economista entiende que "se puede mejorar la ayuda a las empresas para pagar los sueldos en los próximos días, con préstamos directos aportados por la Anses y no por las entidades financieras", para que el paquete de medidas tenga mayor eficacia y alcance sobre el sector "gris" de la economía.
También consideró que "es posible disminuir el impacto financiero de los impuestos suspendiendo por 90 días el monotributo y por 60 días el impuesto País para aquellos que quedaron varados en el exterior”, entre otras iniciativas fiscales para proteger la cadena de pagos y liquidez del sistema.
Sobre el plan desplegado hasta el momento Spotorno analizó que "la Argentina busca aplicar un mix de políticas parecidas a las que adoptaron en España a Italia, si bien existen restricciones fuertes para mantener el programa en el tiempo, y riesgo inflacionario si no se logra reabsorber los pesos que inyectará”.
En tanto, para encargado del proyecto argentino en el think tank Wilson Center, en Washington DC, Bejamin Gedanm, "las medidas iniciales del Gobierno son razonables, incluyendo aportes para empresas que no despidan a sus empleados a pesar del colapso de sus ganancias”.
En ese sentido, el economista sostuvo que "todo esto (de la cuarentena) hará más complicado el manejo del presupuesto y la deuda en el futuro en un contexto de la crisis mundial”, aunque aconsejó “no minimizar los efectos locales y proteger a los más vulnerables".
"Su sobreendeudamiento y larga historia de defaults significa que Argentina no puede pedir préstamos ni de los mercados de capitales ni del FMI", dijo Gedanm, para luego advertir que existe un "riesgo" de alta inflación latente, en coincidencia con Spotorno
Por su parte, Ricardo Carciofi, director principal de Desarrollo Económico del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), señaló que "resulta comprensible la dirección de las políticas económicas adoptadas por el Gobierno”.
“Hay medidas específicamente dirigidas a atender actividades afectadas, facilidades crediticias y otras destinadas a sostener alivio a la población más vulnerable impactadas por la retracción del empleo informal", razonó el especialista.
Sobre las consecuencias en el mediano plazo Carciofi puntualizó que tras "la crisis sanitaria sobreviene en una economía en recesión y con severos desequilibrios económicos, un delicado cuadro social y un horizonte que ya era incierto por la negociación externa".
"La Argentina no tiene márgenes fiscales y la posibilidad del financiamiento monetario debe administrarse con cautela, mientras la instrumentación del programa será clave para fijar la duración de las medidas, especialmente de los apoyos dirigidos a las actividades afectadas", el integrante del Cippec.
Sobre carriles parecidos transitó la evalución Camilo Tiscornia, director de la consultora C & T Asesores Económicos, quien explicó que "no hay mucho margen fiscal" para poder continuar con el parate económico originado por las medidas destinadas a morigerar el avance del virus.
Por último, un análisis del local Grupo SBS señaló que el coronavirus "sumergió al mundo en recesión, justo cuando las economías desarrolladas comenzaban a recuperarse" y que para la Argentina "este brutal cambio de las condiciones externas implicó redefinir las prioridades y revisar el programa económico".
"Con menores grados de libertad, el cambio de contexto profundizará la recesión, creará mayores riesgos al escenario de inflación y llevará a un importante deterioro de la posición fiscal", evaluó la consultora sobre el escenario en ciernes.
