El efectivo de la Policía Aeroportuaria de Monte Grande, Matías Arrúa, que mató a un menor de edad que quiso robarle su vehículo con un arma de juguete, fue dejado en libertad anoche. No obstante, el oficial de 25 años continuará a disposición de la Justicia acusado de “homicidio cometido en exceso de legítima defensa”.
El oficial prestaba servicio en la Unidad Operacional de Ezeiza y lleva en la fuerza cinco años. Al momento del hecho, se encontraba de franco y vestido de civil. Fue al arribar a su domicilio junto a su novia, también agente de PSA, que ambos fueron sorprendidos por tres delincuentes aparentemente armados.
Los ladrones los amenazaron a ambos, se apoderaron de sus pertenencias y de las llaves del auto, al cual lograron subirse para escapar. Sin embargo, el oficial de la PSA ingresó al garaje de su casa, se apoderó de la pistola reglamentaria de su novia y pretendió resistir el asalto, matando al menor de 16 años.
Momentos después los investigadores advirtieron que el ladrón portaba un arma de juguete. Mientras que los médicos que llegaron al lugar pocos minutos después constataron que el fallecido presentaba cuatro heridas de arma de fuego, con orificios de entrada y salida en la costilla dorsal izquierda, brazo izquierdo, oreja izquierda y hombro derecho.
El hecho podría abrir nuevamente la polémica, tras el caso Chocobar, que aún sigue siendo investigado por la Justicia. Sobre todo, porque el policía, de franco y de civil, le disparó a los ladrones cuando se disponían a huir y, en principio, todo indicaría que su vida y la de su pareja no estaba en riesgo.
