El presidente de la Nación, Alberto Fernández, viajará a Bolivia el domingo para asistir al acto de toma de mando de Arce Luis Arce, en La Paz, quien asumirá para cumplir el período 2020-2025, tras los 11 meses de Gobierno de facto a cargo de Jeanine Áñez.
El pasado 18 de octubre, Arce, candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), obtuvo el 55,1% de los votos, casi el doble que el segundo, Carlos Mesa (Comunidad Ciudadana), que logró el 28,8%, de acuerdo al recuento oficial de las elecciones presidenciales.
Fernández cuestionó ayer a través de la red social Twitter las protestas y denuncias por presuntas irregularidades en los comicios bolivianos. El Presidente dijo que le "preocupa" la existencia de "sectores que apunten a la violencia" y subrayó que "la democracia es el único camino".
"Hace apenas dos semanas el pueblo boliviano se expresó en las urnas con un masivo apoyo a Luis Arce. Nos preocupa que persistan en Bolivia sectores que apuesten a la violencia", sostuvo el mandatario.
A la ceremonia de asunción están invitados más de cien presidentes y mandatarios de todo el mundo. "Lo dijimos y lo repetimos: la democracia es el único camino para los pueblos de nuestra región", añadió Fernández.
Un día después del triunfo electoral de Arce en Bolivia, el jefe de Estado se reunió con Evo Morales, el exmandatario boliviano, quien buscó refugio en la Argentina. "Con Evo Morales nos juntamos para festejar; fue una reunión de amigos", dijo Fernández sobre el encuentro en Olivos.
"Recordamos cuando salió el avión mexicano que tenía que pedir permiso para cargar combustible en Paraguay y seguir, porque en Bolivia no le querían cargar combustible para ir a México. Recordamos que pensábamos cómo íbamos a hacer con (Jair) Bolsonaro para poder sobrevolar cielo brasileño", recordó el Presidente sobre ese encuentro, haciendo alusión a la salida de Morales de Bolivia hace un año.
En este sentido, el Presidente agregó que "estoy convencido de que Evo Morales había ganado las elecciones; pero lo sacaron del poder y lo obligaron a exiliarse con riesgo para su vida, como a muchos bolivianos que debieron escaparse".
El 20 de octubre de 2019 los bolivianos acudieron a las urnas para elegir nuevo presidente, donde Evo Morales, que se encontraba desde hacía 13 años en el poder, buscaba una nueva reelección. Morales ganó en primera vuelta esos comicios, pero fueron cuestionados por Organización de los Estados Americanos (OEA).
Esas declaraciones provocaron que la derecha boliviana organizara una violenta ola de protestas plegándose a las declaraciones el cuestionado organismo internacional denunciando fraude. Finalmente, gracias al apoyo de la Policía y la Fuerzas Armadas, lograron forzar la renuncia y posterior salida del poder del mandatario
