viernes, abril 19, 2024

Fuerte reclamo de transportistas de personas con discapacidad en Chapadmalal

desde el sector reclaman una audiencia con Alberto Fernández. El último aumento de tarifa lo recibieron hace un año.

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Luego de la manifestación frente a la residencia presidencial de Chapadmalal, los transportistas de personas con discapacidad reclaman que el presidente Alberto Fernández los reciba para acordar un aumento en la tarifa.

En ese sentido, el reclamo de los trabajadores del sector viene de hace meses, pero resurgió a partir de la crisis económica generada por la pandemia de coronavirus (COVID-19). “Sólo le pedimos 10 minutos de su día”, le solicitaron a Fernández.

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Los choferes de personas con discapacidad argumentan que están atravesando una situación sumamente “difícil” desde hace bastante tiempo y que la llegada del nuevo virus y la imposibilidad de retomar sus tareas los trasladó a una situación de urgencia.

Según explicaron los transportistas de las 30 combis que se apostaron frente a la residencia de Chapadmalal, el último aumento de la tarifa fue en noviembre del 2019, con una suba anual de alrededor del 20% y con una inflación del 50%.

Claudia Aboy, una de las referentes de la Asociación de Transportistas de Personas con Discapacidad (Atpcd), manifestó que “desde su entorno no nos prometieron nada, porque el Presidente está en la reunión del G-20, pero nos dijeron que le iban a trasladar nuestra solicitud”.

Bajo ese contexto, la visita del presidente al municipio balneario de General Pueyrredón, conducido por Guillermo Montenegro, se enmarca en la reunión del Grupo G-20 en la que participó el primer mandatario durante el fin de semana.

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“El reclamo que se hace desde hace 14 días frente a la residencia de Olivos no es político, sino que se hace por una realidad muy complicada. Necesitamos que la Nación a través de la Dirección de Discapacidad establezca un nuevo arancel para que  la Provincia lo adecué”, señaló Aboy.

Asimismo, la transportista agregó que “cobramos cada 10 kilómetros, menos de $300, es una vergüenza, y poner una camioneta nueva con las exigencias que tiene, en cuanto a equipamiento, cuesta entre 2 y 3 millones de pesos”.

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