Un grupo de trabajadores del frigorífico ArreBeef, que cumple 100 años, mantienen bloqueada la planta en Pérez Millán, en el partido bonaerense de Ramallo, para pedirle al dueño de la empresa, Hugo Borrel, que dialogue antes de cerrar la fábrica.
En ese marco, los manifestantes anunciaron la continuidad de la permanencia pacífica, hasta que el empresario acepte llegar a un acuerdo con los mil empleados a los que dejará sin trabajo, en caso de cerrar la planta.
Si bien en la madrugada del lunes, los trabajadores accedieron a liberar el interior de la fábrica y se trasladaron a las puertas de ingreso, en las últimas horas advirtieron que no van a dejar ingresar camiones para evitar el desguace del local productor de carne.
El conflicto lleva días, cuando inició a finales de febrero por una protesta de los empleados para que Borrel aumentara sus salarios, hoy en $36 mil mensuales. El viernes pasado, el empresario comunicó delante de los manifestantes que cerraría la fábrica.
Con megáfono en mano, el dueño de Arrebeef aprovechó un entredicho entre los trabajadores por una disputa gremial interna, que se desató tras un pedido de elecciones, para decirles a sus empleados “ArreBeef no va a trabajar más”.
“Esta decisión la he tomado yo con una gran pelea familiar, no quiero que mis hijos sufran”, declaró Borrel ante sus trabajadores, y argumentó un cansancio porque la empresa ya había sido parada anteriormente y estaba en conciliación obligatoria.
Al respecto, ante la frustración de los empleados, el dueño de ArreBeef insistió en que “esta situación no se va a revertir, venga quien venga”. “Esta fábrica va a dejar de funcionar, no tiene marcha atrás”, sentenció el dueño en la puerta de la planta.
Cabe resaltar que ArreBeef posee una planta de 26 mil metros cuadrados, que es la segunda exportadora de carnes del país y que faena unas 30 mil cabezas de ganado por mes.
El frigorífico, que este año cumplía 100 años, forma parte del Consorcio ABC, y según comunicó el empresario, nunca tuvo en claro cuál era el problema que existía en la planta y por la que se inició el conflicto.
En ese sentido, Borrel manifestó que no sabía si lo que los trabajadores querían era que sacara al delegado sindical, Luis Pérez, a quien acusan de arreglar con la patronal para evitar aumentos salariales.
“Siempre valoré el trabajo de ustedes que pusieron a Arrebeef dentro de uno de frigoríficos exportadores más importantes del país”, aseguró el empresario, pero se mantuvo firme en su decisión y aclaró que no tiene que “esperar un llamado del ministro” ni de nadie para tomar la decisión.
Con el cierre de la fábrica, mil personas quedarán sin trabajo, por lo que el lunes, el intendente Gustavo Perié visitó otra vez a los empleados en la permanencia pacífica y propuso una mesa de diálogo para destrabar el conflicto.
En ese contexto, el funcionario reiteró que hará todo lo que esté a su alcance para mantener los puestos laborales. También trascendió que en estas horas habría una reunión entre las partes en el Ministerio de Trabajo.
Frente a este panorama, un grupo de operarios denominados “Trabajadores de ArreBeef en lucha” criticaron a Borrel y dijeron que la empresa da “enormes ganancias” porque exporta el 70% de su producción pero que los operarios solo cobran quincenas de 12.000 pesos que no les alcanza para vivir.
Por todo esto, uno de los empleados explicó en el acampe que “el asunto es no dejar de trabajar, que la planta no cierre y que nos compongan el sueldo, como estamos pidiendo” para volver “a trabajar de la mejor manera”.
“Espero que esta medida de fuerza llegue a buen puerto”, contó el trabajador, y explicó que lo que único que no pretenden “es que la empresa cierre por el bien del pueblo, por el bien de nuestras familias y de nuestros hijos”.
