Efectivos policiales desmantelaron un taller clandestino de costura que funcionaba en la localidad de Monte Grande, en el partido de Esteban Echeverría. Según lo descubierto, un grupo de ocho personas de nacionalidad bolivianas trabajaban 14 horas diarias, vivian en pésimas condiciones, había niños pequeños, y eran controlados por whatsapp desde Bolivia.
“El propietario del lugar vive en Bolivia y controlaba por teléfono el trabajo infrahumano de las personas amenazándolas que, si desistían, le podía pasar algo malo a sus familias en su país“, precisó uno de los investigadores y agregó: “El único detenido por ahora es el hermano del dueño, quien era el encargado de manejar el lugar”.
El allanamiento, asimismo, fue llevado a cabo por efectivos de la Departamental Almirante Brown en un galpón con una vivienda ubicado en la calle Colón entre calle 5 y Pellegrini, del Barrio La Victoria.
Según el testimonio de las víctimas, la jornada laboral era de lunes a sábado de 7 a 21, y sólo podían salir los domingos. Atravesaban condiciones infrahumanas y reducidas a trabajos forzados.
Los investigadores, además, declararon que las víctimas eran controladas con cámaras de vigilancia para que “no dejen de trabajar”.
