Este 20 de abril se celebra el Día internacional de la marihuana o Día internacional del cannabis, en homenaje a la planta ancestral que generalmente se usa con carácter medicinal o recreativo.
El origen de la celebración se remonta al año 1971, cuando un grupo de estudiantes de California (Estados Unidos) denominado Los Waldos se reunían a una hora fija al terminar sus clases a fumar marihuana.
El punto de encuentro era siempre en la estatua de Louis Pasteur a las 4:20 de la tarde, por lo que el 20 de abril fue instituido como el día de la planta y el número el número “420” se volvió un código para referirse a la marihuana.
De acuerdo a lo que cuenta la leyenda, los jóvenes habían elegido esa hora porque las clases terminaban 3:20 y las actividades extracurriculares o los castigos terminaban a las 4:20.
Llamándose a sí mismos los Waldos, porque su lugar de reunión típico "era una pared (wall) fuera de la escuela", los cinco estudiantes protagonistas de la historia fueron Steve Capper, Dave Reddix, Jeffrey Noel, Larry Schwartz y Mark Gravich.
En Argentina, en 2017, el Senado nacional sancionó la primera ley de cannabis medicinal del país y posteriormente, en 2020, se impulsó una reglamentación que legaliza el autocultivo con fines médicos y la venta de aceite en farmacias.
En tanto, en la provincia de Buenos Aires por estas horas se discute un proyecto provincial de cannabis medicinal que está pronto a tratarse en la Cámara de Diputados bonaerense y luego pasar al Senado.
La OMS declaró que la marihuana medicinal no representa problemas para la salud y que el Cannabidiol (CBD) sirve como paliativo para enfermedades crónicas y para pacientes con epilepsia y no genera adicciones.
El CBD representa el 40% de los extractos de la marihuana, reduce el dolor y la inflamación, controla las convulsiones epilépticas y sirve para el tratamiento de enfermedades mentales o adicciones.
Además, la OMS marcó que si el consumo recreativo y continuo se hace descontrolado, entonces puede llegar a producir alteración de la conciencia y deteriorar la percepción, reducir la coordinación, y en algunos casos generar ansiedad y pánico.
