jueves, marzo 28, 2024

Congelan las paritarias de estatales y docentes bonaerenses como garantía de pago a los bonistas

El dirigente del Partido Obrero Daniel Rapanelli analiza el rechazo del “Comité de Acreedores” de la deuda externa de la provincia de Buenos Aires a la decimoctava oferta de canje de Kicillof.

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Por Daniel Rapanelli (*)

Dos noticias ocuparon un lugar subordinado en los medios, a pesar de estar estrechamente unidas, y de definir la política del gobernador bonaerense Axel Kicillof y del propio gobierno del Frente de Todos.

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Por un lado, el ministerio de Hacienda y Finanzas de la provincia de Buenos Aires emitió un comunicado extendiendo la fecha para el canje de títulos bajo jurisdicción extranjera hasta el 18 de junio. Se trata de la decimoctava oferta rechazada por los bonistas buitres agrupados en el “Comité de Acreedores” de la deuda externa bonaerense, que doblan la apuesta y exigen un pago a cuenta para seguir negociando.

Por el otro, el gobierno bonaerense se niega a reabrir las paritarias como parte del ajuste fiscal, a pesar del brutal aumento del costo de vida. Quienes “iban a poner dinero en los bolsillos de los trabajadores” destruyen los salarios y esquilman a los monotributistas con Kicillof al compás de los bonistas.

En juego está el fallido canje de 23 bonos por 7148 millones de dólares y la judicialización del default que llevan adelante los “tenedores de deuda” en los tribunales de Nueva York. En el comunicado, donde se acusa al Comité de Acreedores de intransigencia, el gobierno reconoce “importantes esfuerzos” que “mejoran el valor de recupero de los bonistas”. La sostenibilidad de la deuda de la que alardeaba Kicillof se fue pinchando con cada arrugue nacional y popular.

Los acreedores le tienen tomado el tiempo a este nacionalismo burgués pedorro. Concretamente, Axel Kicillof renunció a la quita de capital, mejoró los cupones elevando su valor y disminuyó la vida promedio de los bonos recortando los plazos de repago. Las concesiones, que parten del reconocimiento integral de una deuda usurera y fraudulenta, implican unos 1800 millones de dólares extra por sobre la oferta original.

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A pesar de estos beneficios, los bonistas le volvieron a bajar el pulgar al gobernador. Con las demandas judiciales como presión, los buitres quieren un desembolso inmediato para no ejecutar la cesación de pagos que se arrastra desde el año 2020. Buscan explotar a su favor la dilatación del acuerdo con el FMI y la crítica situación financiera de la provincia de Buenos Aires. Si bien el Frente de Todos asegura que esta será la última propuesta, lo mismo dijeron meses atrás, y con cada postergación se agravó la hipoteca provincial.

En su encuentro con el ministro de Economía Martín Guzmán, Kicillof pidió la venia del gobierno nacional para contraer nuevo endeudamiento en el mercado internacional. Impostando una resistencia que es pura pose, el cristinista Kicillof terminó colocando en la agenda de la campaña electoral los 12 mil millones de deuda externa de la provincia. Más allá del relato, el hilo se corta por lo más delgado a la hora de ofrecer garantías a los saqueadores de la deuda. La ministra de Trabajo provincial Mara Malec afirmó que el gobierno provincial no tiene previsto reabrir las paritarias estatales y docentes bonaerenses, aun cuando el “aumento de vida fue superior al esperado”.

 

Paritarias a medida de los bonistas

 

No se trata de una fingida sorpresa sino de la confirmación de un presupuesto provincial trucho que “estimaba” una inflación del 29% al solo efecto de ponerle un techo a las paritarias con la colaboración de las burocracias sindicales. La CGT y las CTAs batieron el parche de los acuerdos salariales por encima de la inflación (mentirosa) para encubrir la entrega y ratificar su integración al gobierno. Las paritarias en cómodas cuotas con “revisión” a fin de año reventaron los salarios en plena escalada inflacionaria y de los precios de los alimentos que componen la canasta básica. Las declaraciones de Malec pararon en seco el tibio reclamo de Mirta Petrocini, dirigente de la Feb (sindicato que integra el Frente de Unidad Docente Bonaerense), y de la Federación de Gremios Estatales y Particulares (Fegeppba) para que se reabran las paritarias.

La Fegeppba propuso un adelantamiento de la cuota de julio (9%), señal de que no van a mover un dedo. Petrocini, a su vez, firmó la paritaria docente de miseria de manera inconsulta en marzo pasado, al igual que hizo Baradel. A esta paritaria en cuotas la burocracia del Suteba la calificó sin el menor pudor de “acuerdo histórico”. Un próximo sapo será la candidatura de “unidad” de Scioli al frente de la lista del Frente de Todos, un pionero de los intentos por reglamentar el derecho de huelga de la docencia.

La implosión del acuerdo salarial para los estatales bonaerenses, un 34% en tres cuotas sobre salarios de pobreza, está dando lugar a un movimiento y organización de Juntas Internas Combativas de ATE, que en Provincia chantajea con la extensión de la jornada de trabajo como condición para incrementar los sueldos. Es la misma política antiobrera que fracasó en tiempos del entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Antonio Cafiero, por el rechazo y lucha de los estatales bonaerenses.

 

Daniel Rapanelli y Romina Del Pla, ambos dirigentes del Partido Obrero. 
 

La reactivación de los reclamos salariales, las demandas de mayor presupuesto para combatir la pandemia, el aumento de sueldos para los médicos y profesionales de la salud bonaerense, la provisión de equipos e insumos para los hospitales que tienen las terapias saturadas y con 89% de ocupación, la solución al brutal déficit habitacional y de urbanización, el plan de obras para las escuelas, y un programa para terminar con la desocupación y pobreza récord en el conurbano y el Gran La Plata son incompatibles con el pago de la deuda fraudulenta.

La agitación por el no pago de la deuda externa y la ruptura con el FMI y los bonistas buitres va unida a todos los reclamos obreros y populares, así como a la necesidad de un plan de lucha con asambleas y acciones que rompa la parálisis y el cerco de integración de las burocracias sindicales. El viernes 11 de junio el Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC) movilizará por vacunas y salarios en apoyo a la caravana docente, a la movilización de la Unidad Piquetera, y a todas las luchas obreras en curso.

 

Por el no pago de la deuda externa y una salida de los trabajadores

 

La campaña por un Congreso del Frente de Izquierda Unidad que impulsa el Partido Obrero responde a la necesidad de potenciar a la izquierda revolucionaria en la lucha de clases y como fuerza política frente a la polarización de los bloques patronales. En la provincia de Buenos Aires, esta movilización política tiene como punto de apoyo fundamental la denuncia del pago de la deuda externa fraudulenta como un programa común al Frente de Todos, la derecha de Juntos por el Cambio y la “tercera vía” de Randazzo, armada con baldosas de exkirchneristas, pejotistas y del PRO.

 

 (*) El autor es dirigente del Partido Obrero y excandidato a vicegobernador bonaerense.

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