Hace unos meses, María Fernanda Inza, la tesorera del PRO bonaerense apuntada por el escándalo de los supuestos aportantes truchos de la campaña de Cambiemos, fue la encargada llevar en persona el reproche oficial a los concejales de Luján por la falta de cintura política en el conflicto por la central termoeléctica.
En ese momento, el repudio generalizado de los vecinos a la instalación del cuestionado emprendimiento, obligó a los ediles que responden al intendente macrista Oscar Luciani a dar marcha atrás con una ordenanza que ellos mismos habían votado. En una dura derrota pública, tuvieron que acompañar un proyecto del kirchnerismo.
Fue por eso que Inza, en su cargo de secretaria Legal y Técnica de la Provincia, llegó a Luján para darle una encendida reprimenda a su propia tropa. Fue una reunión a puertas cerradas de las que participaron los concejales en ejercicio y los que estaban a punto de de asumir el 10 de diciembre.
Según detalló El Civismo, la funcionaria que supo ganarse la confianza de Vidal, “en términos poco amigables le recordó a los concejales que la termoeléctrica debía ser aprobada sí o sí”. Estas palabras motivaron la furia de varios ediles que veían con preocupación tener que ser la cara de la instalación de la criticada termoeléctrica.
Todavía esa pelea sigue abierta, tal como viene informando Diputados Bonaerenses, la oposición hace meses que no le da quórum a Cambiemos para tratar el proyecto que busca habilitar el emprendimiento de Araucaria Energy SA. Como en su paso fugaz por la Contaduría de la Provincia esta parece haber sido otro de los fracasos de Inza.
