A principios de abril, una resolución del Ministerio de Trasporte de la Nación que habilitó a la compañía low cost Polar a volar desde La Plata a diferentes destinos como San Luis, Bariloche, la Patagonia y San Pablo o Río de Janeiro, dejó la puerta entreabierta.
Por eso, esta semana el tema pasó por la Legislatura bonaerense. Ayer los diputados provinciales aprobaron un pedido de informes dirigido a la cartera que conduce Guillermo Dietrich para que conocer una serie de puntos clave.
El texto que ahora deberá ser revalidado por el Senado reclama detalles sobre el estado actual de las instalaciones, equipamiento –como torres y antenas-, elementos de seguridad y el presupuesto destinado para recuperar la operatividad.
Asimismo, la iniciativa de la massista María Fernanda Bevilacqua consulta sobre el estado de las vías de acceso lugar y busca conocer si existe un plan de obras en marcha. Estos son los dos aspectos centrales que marcaron desde Nación y La Plata.
Actualmente el aeropuerto platense ocupa un predio de 400 hectáreas –esto es cuatro veces más que Aeroparque- y se destina a escuelas de vuelo, al Gobierno provincial y es una de las bases operativas del Plan Nacional de Manejo del Fuego.
El complejo ubicado en 7 y 613, en la zona sur oeste de la capital provincial, tiene una pista de 1.427 metros y otra de 1.100, y una terminal de pasajeros de 60 metros cuadrados. La zona de emplazamiento todavía es considerada semiurbana.
Según trascendió, entre los trabajos que requiere el aeropuerto están los accesos: uno de ellos es una extensión de la Autopista La Plata-Buenos Aires a la altura del Puerto –obra muy reclamada-, y otro la obra de la Autovía Presidente Perón, a la altura de la calle 614.
En paralelo, las autoridades platenses estarían haciendo gestiones para dar con empresas que se interesen en obtener la concesión de la terminal aeroportuaria, por ahora sin posibilidades de recibir movimiento de usuarios.
