La fuerte devaluación del peso generó la suba de los subsidios energéticos, que en el caso de los destinados a la importación alcanzan hasta un 500%, mientras que los usados para la producción mermaron un 61%.
La empresa estatal IEASA (ex Enarsa) solicitó $2.000 millones para poder pagar el gas importado en septiembre, lo que significa el crecimiento de 500% con respecto al mismo periodo del año pasado. En 2018, pidió $ 32.255 millones, una suba del 265%.
Por su parte, la compañía Cammesa, mayorista del sector eléctrico y también importador de gas, gastó $66.100 millones en lo que va del año, lo que representa un incremento interanual del 61%: $25.000 millones más que en 2017.
Los “estimulos a la producción de gas natural” llegaron los casi $9.000 millones hasta septiembre, un 61% menos que en 2016. Pese a ello, crecieron los presupuestos para la IEASA y Cammesa, que deben importar.
Según un informe del instituto Asap, el sector energético es el mayor beneficiario de las subvenciones estatales, ya que percibió $ 115.865 millones, 36% que el año pasado. En transporte, solamente acumulan $ 62.404 millones, 15% más que en 2017.
“Las transferencias para el financiamiento de gastos de capital de empresas públicas, fondos fiduciarios y el sector privado presentaron una caída del orden del 44,1% interanual“, indica Asap.
A lo largo del 2018, se ejecutaron $15.536 millones, que fueron repartidos entre las asignaciones para el sector energético ($8.712 millones), el transporte ($4.341 millones destinados al sector ferroviario), y a otras empresas públicas ($2.384 millones).