El presidente Mauricio Macri abrió este medio día el período 137 de sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación con un discurso centrado en “los cambios profundos” y los “shocks improvistos” que recibió su gestión en 2018.
“Cuando estábamos asomando la cabeza, surgieron dificultades, todavía estábamos frágiles. Los cambios profundos requieren paciencia”, aseguró el primer mandatario en clave electoral.
En esta línea, reconoció que “no estamos donde queremos estar, pero hemos salido del pantano donde estábamos”. “Que sea difícil y lleve más tiempo no quiere decir que sea imposible”, admitió Macri.
Por otra parte, resaltó un puñado de normas sancionadas en el parlamento nacional como la Ley del Arrepentido, de Defensa de la Competencia y el proyecto de Ética Pública.
En sintonía puso en el horizonte de los legisladores el tratamiento del nuevo Código Penal, el Régimen Penal Juvenil y la modificación de un artículo de Ley Nacional de Educación.
Además, enfrentó temas espinosos de la economía. “Bajó la inflación, aumentaron las inversiones, las exportaciones, bajó la pobreza y creamos 700 mil puestos de trabajo”, aseguró a contramano de los indicadores oficiales.
Sin embargo, párrafo seguido aclaró que “cuando empezamos a crecer tuvimos tres shocks improvistos”. “Pobreza cero es un horizonte, este año esperamos una baja sustancial de la inflación”, aseguró Macri.
En este sentido, en el comparativo ocupó más tiempo para hablar de “la modernización del Estado” que de la marcha de la economía donde no utilizó datos y se refirió a generalidades.
Uno de los tramos donde el Presidente exhibió mayor nerviosismo fue cuando se refirió a los tarifazos. “Estábamos en un callejón sin salida. Nos hicieron creer que las tarifas no valían nada”, dijo.
Por último, Macri terminó con una arenga electoral. “Estamos listos para avanzar, que lleve más tiempo no quiere decir que no sea imposible, a no aflojar a no tirar la toalla”, cerró.
