A partir del lunes las tarifas de gas tendrán una suba progresiva que llegará al 29% en junio, pero las empresas cobrarán ese porcentaje a partir del mes que viene y el Estado pagará la diferencia hasta que se complete el ajuste.
Sin embargo, a partir de julio el Gobierno de Mauricio Macri aplicará un aplanamiento automático y un 22% de la tarifa se pagará en los meses de verano. Los reclamos y las elecciones, empujaron la medida.
De esta manera, en el cálculo final, los usuarios no verán cambios sustanciales en su boleta hasta las elecciones presidenciales, y en el período estival, cuando el consumo de gas cae en relación a los meses de invierno.
El incremento a aplicarse sería del 10% en abril, otro 10% en mayo y el resto en junio. Si se comparan las tarifas con el valor que tuvieron en el invierno pasado, en tanto, se reflejará el aumento del 35% que tuvo el gas en octubre pasado.
El año pasado el Gobierno también recurrió al prorrateo para frenar el impacto del tarifazo pero en ese momento la decisión era voluntaria. Según indicaron las distribuidoras, apenas un 10% de los usuarios adhirieron.
Esta vez, el diferimiento estacional será automático y se aplicará desde el inicio de la temporada invernal, mientras que en 2018 se realizó cuando comenzaron a llegar las boletas con el esquema tarifario actualizado.
La próxima actualización tarifaria debería aplicarse en octubre, pero en el sector se estima que el Gobierno pospondrá el aumento correspondiente a la inflación de estos meses para después de las elecciones.
Los costos en la boleta
Las boletas de gas están compuestas por el valor del insumo, que representa casi la mitad de la tarifa total; el transporte, que significa un 11%; la distribución, con 17%, y los impuestos, que pesan casi un 26% en la tarifa, dependiendo de la localidad, aunque el IVA se lleva el 21%.
