En medio de la ola de intendentes que deciden recortar, congelar o directamente renunciar a su sueldo y de la decisión de Cristina Kirchner y Sergio Massa de hacer lo propio en el Congreso de la Nación, la solidaridad brilla por su ausencia en la Legislatura bonaerense.
Sucede que, por el momento ninguno de los 138 legisladores que integran el parlamento provincial ni siquiera atinó a presentar un proyecto o iniciar conversaciones para mostrar algún gesto de comprensión con la difícil situación que atraviesan miles de vecinos de la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, esta semana en un debate televisivo sobre la Ley Impositiva se coló el tema de las dietas y un diputado del Frente Renovador recién llegado a la Cámara baja sorprendió a todos mostrándose a favor de reducirlas en el caso de los legisladores bonaerenses.
“Es ejemplificativa la medida y tiene que ver con que los diputados y senadores hagamos un esfuerzo. El nivel de tolerancia de la gente está muy bajo y me parece que es un buen ejemplo el que dio Sergio Massa y que de alguna manera vamos a continuar en la provincia”, dijo el ex intendente Germán Di Césare.
En el mismo estudio, se encontraba el titular de la bancada opositora en Senadores, Roberto Costa, que con cintura logró sortear un posicionamiento claro. “Los ejemplos de cuidar la administración pública siempre son buenos”, sostuvo.
Párrafo seguido, el senador amarillo aclaró que “nosotros pasamos de un costo legislativo del 1,5% del Presupuesto total de la Provincia al 0,9%”. En efecto, esa fue una de las decisiones de la administración de María Eugenia Vidal que apuntó a achicar los gastos de la política.
Pese al recorte, para tener una dimensión de los gastos que insumen ambas Cámaras, vale destacar que en 2019 el 0,9% implicó un Presupuesto de 8.365.198.767 pesos para la Legislatura de la provincia. Esto fue, 1.500 millones de pesos más que los 6.800 millones de pesos de 2018.
De esta manera, el gasto fue 74 veces mayor que lo destinado al Ministerio de Ciencia ($121 millones), 14 más que lo asignado al Ministerio de Agroindustria ($648 millones), y ocho veces superior al del Ministerio de Trabajo ($1.000 millones), solo por mencionar algunos ejemplos.
Si se hace una cuenta rápida cada diputado le costó en 2019 a la Provincia $60 millones y cada senador $73 millones, uno de los años de peor desempeño desde el retorno de la democracia. Sin embargo, en ese cálculo lineal quedan incluidos los gastos corrientes y de capital de ambas Cámaras, que se no ajustan con los que efectivamente perciben los legisladores.
Cada diputado y senador percibe además de la dieta, partidas para contratar personal, asignar becas y subsidio, se trata de información que sigue siendo discrecional y confidencial ya que solo es posible acceder a las nóminas de becas y subsidios.
En este sentido, no hay datos disponibles en ninguno de los sitios oficiales sobre las dietas de los legisladores, sus gastos de función o los módulos (contratos) que reparte cada uno. Este manejo opaco sobre información que debería ser pública y abierta despierta todavía más sospechas.
"Resulta imprescindible transitar el camino de la austeridad en la función pública, guiados por la ética de la solidaridad y promoviendo políticas acordes a la realidad", dice la resolución emitida por el Congreso. ¿Habrá austeridad, ética de la solidaridad y políticas acordes a la realidad de los vecinos en la Legislatura?
