martes, abril 16, 2024

Es lesbiana, se defendió de una violación en patota y espera a ser juzgada por homicidio

La mujer espera en libertad el juicio que se llevará a cabo entre el 17 y el 20 de febrero en el Tribunal Nº7 de San Martín.

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Eva Analía “Higui” De Jesús tiene 45 años y está procesada por defenderse de una “violación correctiva”, ocurrida en el barrio Lomas de Mariló, del partido bonaerense de San Martín, en octubre de 2016.

“Higui”, apodo que se gana por su parecido al excéntrico exarquero colombiano René Higuita, está acusada de homicidio simple, provocado a uno de los integrantes de la patota de varones que la atacó sexualmente por ser lesbiana.

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Ahora, De Jesús espera con ansiedad la elevación a juicio, procedimiento que se llevará a cabo entre el 17 y el 20 de febrero en el Tribunal Nº7 de San Martín. “La carátula por homicidio no cambió”, afirmó su abogada Gabriela Conder.

La letrada también aseguró que “sabía que existían las violaciones correctivas hacia las lesbianas, pero no que son tantas”“Recién a partir de este caso, me voy enterando de la dimensión social de esto”, apuntó.

Higui estuvo casi ocho meses presa en el destacamento de San Martín, hasta que el pasado 12 de junio de 2019 la justicia la liberó para esperar el juicio en libertad.

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“Es una tortura esperar el juicio. Me acuerdo de eso y me pongo nerviosa”, confió la mujer que fue agredida el día de la madre de 2016 por un grupo de hombre en un pasillo del barrio Lomas de Mariló.

Ese día, Higui alertada por anteriores experiencias de ataques, saco un cuchillo y atinó a defenderse. Supo que había matado a alguien cuando horas más tarde se despertó con la linterna y el griterío policial.

A causa de los golpes recibidos, había perdido el conocimiento. Nadie quiso escuchar que De Jesús se defendió de una violación. “¿Quién te va a querer violar a vos, negra, gorda?”, se burlaban los policías.

El caso de Higui trae a la memoria colectiva a la “Pepa” Gaitán, quien en 2010 fue asesinada de un escopetazo por el padrastro de su novia y se convirtió en bandera contra la discriminación y la violencia por la identidad sexual.

A mí me habían metido en la cabeza que no tenía derecho a nada, que siempre era la negra que sacaba todo lo pesado y la basura del jardín de otros por unos pesos”, explicó Higui.

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