Corría 2006, Néstor Kirchner había cancelado totalmente la deuda con el Fondo Monetario Internacional y los signos de reactivación, después de la crisis de 2001, eran evidentes en la economía argentina.
Nicolás Trotta, por entonces referente de la agrupación “Jóvenes K” referenciada con el expresidente, decidió condensar una serie de diagnósticos y propuestas con un objetivo: Argentina 2020.
Ese fue el título que eligió para pedirle a Alberto Fernández que apadrine el texto de bienvenida a la compilación. “Nos debe motorizar lograr una transformación inmortal, que trascienda diferentes generaciones y partidos”, decía ese momento Trotta.
En tanto, el ahora Presidente y por entonces jefe de Gabinete remarcaba en la introducción que “en el mundo y en la historia, pocas sociedades como la Argentina han experimentado la sensación de vivir en una eterna oscilación”.
"A lo largo de todo el volumen se van desgranando los dilemas que enfrenta la sociedad argentina actual y se van proponiendo soluciones que suponen, en todos los casos, superar las experiencias vividas”, confiaba.
En esos textos, Daniel Arroyo, Matías Kulfas, Sergio Massa, Miguel Pesce, Eduardo Hecker y Cristina Álvarez Rodríguez eran algunos de los que formaban parte del proyecto de país de Néstor Kirchner.
“Todos ellos jóvenes, parte de una dirigencia que asoma después de la crisis, convencidos de que este es el instante transformador que a modo de oportunidad se nos ofrece”, confió Fernández.
El por entonces mayor hombre de confianza de Kirchner destacaba la necesidad de que existan “mejores jueces”, de que las finanzas del país tengan equilibrio fiscal y de lograr “estabilidad económica” con políticas de desendeudamiento del Estado.
“La ciudadanía ya no admite que la calidad institucional se proclame mientras la impunidad es la regla. No admite que la educación formule programas a los que la pobreza impide acceder”, escribió entre sus cuatro páginas de introducción.
Asimismo, reprochó el masivo endeudamiento externo y la crisis que generó la salida del modelo monetario de la convertibilidad y recriminó “que nuestro futuro se diseñe en los organismos internacionales de crédito”.
Las líneas que escribió el actual Presidente fueron ejes de su campaña antes de las elecciones de octubre. Ahora busca reestructurar la deuda externa y con el Fondo Monetario Internacional para sacar al país de la crisis sufrida durante los últimos dos años.
