A contrarreloj, este miércoles en el segundo encuentro de la paritaria nacional el gobierno de Alberto Fernández pondrá sobre la mesa a los gremios docentes la ingeniería salarial con la que busca llegar a un acuerdo a días del comienzo de clases, previsto masivamente para el 1° de marzo.
En la pulseada el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, les ofrecerá a los maestros un aumento del salario inicial a nivel país –hoy en $20.250-, más el pago de 4 sumas fijas adicionales de marzo a junio, a cuenta de una futura suba del Fondo Nacional de Incentivo Docente, y una revisión en junio.
Además de ese acuerdo “corto”, será sostenido el Fondo Compensador, con el que la Nación auxilia a las provincias con dificultades para pagar el piso salarial. Se trata de un pelotón integrado por cuatro distritos, y al que se podrían sumar nuevos miembros.
“Vamos a presentarle a las 5 organizaciones sindicales nacionales una propuesta que implicará no sólo fijar el salario inicial para los maestros de todo el país sino también fortalecer el incentivo docente", anunció Trotta en declaraciones radiales en las últimas horas.
Según datos de la cartera de Educación, en Argentina hay 1.100.000 docentes y 1.700.000 cargos y el Fondo de Incentivo, que se encuentra congelado desde el 2016 bajo la administración de Mauricio Macri, paga hasta dos cargos por maestros una suma de $1.420.
“El salario docente tiene un componente principalmente provincial y un aporte del gobierno nacional. Estamos coordinando con las jurisdicciones cómo el aporte que realiza el Gobierno nacional tiene la capacidad de aliviar o de mejorar la oferta de cada una de las provincias”, agregó Trotta.
Por ahora en las provincias, más allá de los primeros encuentros locales que no mostraron grandes avances, los mandatarios se alinearon en la postura de esperar la resolución de la paritaria docente nacional, para recién después ofertar una mejora salarial en su distrito.
De esta manera, las negociaciones en las provincias están en stand by, pero se reanudarán desde ese mismo miércoles, en un intento de espantar la amenaza de medidas de fuerza que compliquen el inicio de clases. Tal es el caso de Buenos Aires, que comanda Axel Kicillof.
En territorio bonaerense se dieron las primeras reuniones con los maestros pero sin adelantos sobre lo salarial, más allá de la firme convicción del Gobierno bonaerense de descartar la cláusula gatillo con el objetivo de desindexar la economía.
El antecedente directo es la paritaria estatal donde Kicillof ya definió un aumento por decreto que incluye una suma fija de $3.000 con el sueldo de febrero y de $4.000 con el de marzo. En el resto de las pulseadas de médicos y judiciales, no hubo ofertas salariales.
A nivel nacional ya están planteadas las primeras huelgas: en Chubut donde si los docentes no acatan la conciliación obligatoria dictada por el gobernador Mariano Arcioni irán a un paro de 72 horas y Santa Cruz donde si Alicia Kirchner no mejora la oferta también harán lo propio.
