A medida que avanza la pandemia del coronavirus (Covid-19), la sociedad en su conjunto busca soluciones y maneras de prevenir el contagio. Sin embargo, se corre el riesgo de infectarse con el simple hecho de ir a hacer las compras a un supermercado.
Si bien está confirmado que el virus no se contagia mediante los alimentos, de modo que los hábitos alimenticios no se verán afectados, los expertos siguieren la limpieza total de las superficies duras, desde la manija de las puertas, los changos, estantes y hasta envases de alimentos.
Si alguien con COVID-19 estornudó, tosió o extendió sus gotitas respiratorias infectadas en un carrito de compras o en la manija de la tienda, y una persona sana las toca y luego lleva sus manos a la cara, podría enfermarse.
“El riesgo está en la manipulación de ese envase o ese alimento porque si decimos que el coronavirus está presente en las superficies, el riesgo está en que una persona enferma las haya manipulado”, aseveró el ingeniero Martín Piña, director de la carrera de Ingeniería en Alimentos de Fundación UADE.
En este sentido, las tiendas grandes y con muchas góndolas tendrían un mayor riesgo de infección, debido al número y densidad, de modo que los compradores pueden evitar parte del peligro visitando las que son menos concurridas.
Por otro lado, la entrega a domicilio también presenta cierto riesgo, porque están expuestas a más personas a medida que pasan por los centros de distribución, empaque y oficinas postales. Incluso los mismos repartidores tienen muchas más probabilidades de estar expuestos.
De todas maneras, el lavado de manos sigue siendo uno de los principales métodos más importantes a la hora de evitar la propagación del virus, como también desinfectar los envases, estantes, mesadas y otras superficies que estén en contacto con las manos.
