Como ocurrió con el doble crimen de Ingeniero Budge, la muerte de Walter Bulacio y la desaparición de Luciano Arruga, el asesinato de Sebastián Nicora en 2013, un joven de 16 años oriundo de Punta Indio, es otro de los casos de violencia institucional ocurridos en democracia.
“A 6 años, comienza a revelarse la trama de encubrimientos que dieron lugar a la impunidad. No ha sido un camino sencillo pero la lucha que encaró su mamá con fuerza y coraje, y el acompañamiento de familiares fue clave”, expresaron desde el bloque de diputados provinciales de Unidad Ciudadana.
Fernanda Nicora, su mamá, falleció en febrero de 2017, cinco días más tarde del aniversario de la muerte de Nicolás, sin ver en la cárcel a los asesinos. Durante un año la investigación judicial giró en torno a la versión construida por la policía local, que apuntaba a un amigo de la víctima.
Pero esa línea no conducía a ninguna parte y el sospechoso al que se señalaba fue sobreseído. Pese a esto, la familia lleva adelante una incansable lucha sobre una base sólida: una segunda autopsia reveló que a Sebastián lo habían matado de un tiro en la cabeza.
De esta manera, el médico policial que en la primera autopsia dio otra causa de muerte está acusado de obstruir y demorar el avance de la investigación; otro de los investigados es uno de los policías que participó del operativo. En ambos casos, trabajan para el Estado. El primerio en PAMI y el segundo en Policía.
“Manifestamos pesar al cumplirse 6 años del asesinato de Sebastían y 2 años del fallecimiento de su madre, dejando en claro nuestro compromiso por los derechos humanos y enalteciendo los valores de memoria, verdad y justicia”, destaca el proyecto presentado por el diputado Miguel Funes.
