Esta madrugada se cumplió una semana desde que el pesquero marplatense Rigel mantuvo su último contacto con las autoridades navales. Según diferentes partes de la Prefectura Naval Argentina, el buque no logró superar una feroz tormenta que terminó provocando su hundimiento en el Atlántico Sur, a la altura de Rawson (Chubut).
Un día después de su desaparición fue hallado el cuerpo del capitán de la embarcación, Salvador Taliercio, y en las horas posteriores Prefectura encontró diferentes elementos que daban cuenta de la tragedia. El último indicio fue un tambor de aceite para motor detectado el jueves pasado.
Mientras crece la incertidumbre y se refuerzan los operativos de búsqueda, los familiares siguen apuntando a la falta de controles del Puerto de Mar del Plata y las malas condiciones de las navas que tienen asiento allí. Las críticas no son nuevas sino que vienen desde mediados del 2017 cuando el hundimiento del buque El Repunte volvió a poner el tema sobre la mesa.
El reclamo de familiares, marineros y gremios fue tanto que tuvo eco en la Legislatura Bonaerense, donde se presentó un proyecto de ley para que se refuercen los controles en el puerto pesquero más importante del país. Sin embargo, el texto se empezó a tratar en Diputados recién dos días antes de la tragedia del Rigel.
Ahora, a una semana de la desaparición del pesquero otro marino señaló que “siempre estaba en mal estado”. “El barco estaba en mal estado, sobre todo el tema de las máquinas, la electricidad. Dos por tres se nos apagaba el generador y quedábamos a oscuras”, relató Félix Segovia.
El joven de 30 años que casi integra la tripulación de nuevo hombres que el Rigel tenía a bordo al momento del hundimiento se salvó porque a último momento decidió viajar a Jujuy a visitar a su hijO.
“Hay buenos barcos y hay otros como el Rigel, viejos y en mal estado. El casco estaba lleno de poros, la popa estaba podrida, en el pañol se veían todos los agujeros y en la timonera entraba agua por todos lados”, agregó Segovia.
Según la hipótesis del marinero que realizó dos viajes en el pesquero desaparecido, por el temporal la tripulación se “acostaron todos” y único que quedó en la timonera fue el Capitán. “El barco se puso de costado y la única manera de salir es por la timonera, porque las demás puertas abren hacia afuera y no se pueden abrir por la presión del agua”, explicó.
Por último, Segovia lamentó que se haya perdido una “tripulación tan joven”. “La mayoría no llegaba a los 30 años. Eran los marineros de Toti (por Taliercio), porque él los hizo a su manera, todos tenían proyectos”, concluyó.
